Catpurrchino

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DIA 15:

Catpurrchino

o el día en el que Felix Graham decidió que su historia con Marinette debía empezar.

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Notas:

Letras en cursiva y entre comillas, nos referimos a lo que escucha o lee.

Letras sólo en cursiva, pensamientos, introspección.


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Dieciocho años.

Die-ci-o-cho.

Si a Félix Graham de Vanily le hubieran dicho que ese iba a ser el último cumpleaños que tuviera con esa vida cargada de lujos, champán, trajes finos y regalos carísimos, simplemente no se lo hubiera creído. Si le hubiesen dicho que iba a ser su último cumpleaños sin Marinette, francamente, tampoco.

Pero así suceden las cosas, un día tienes la paloma en tu mano, y al día siguiente, ya están ciento volando. Aunque quizá podría decirse que fue al revés...hoy la paloma volaba y mañana, ya yacería en su mano, debajo suyo.

Tuvo la suerte de nacer a puertas del verano. Cuando el sol no quemaba en demasía, y las flores aún estaban erectas en sus floreros. El viento no caldeaba el ambiente, los días empezaban a ser largos y las noches todavía eran frescas y amenas.

Cuando era pequeño, sus fiestas de cumpleaños las celebraban en su mansión de Londres, en el jardín. Había juegos hinchables, artistas, cantantes o magos, y animadores. Una mesa larga llena de bocadillos dulces y salados, una hermosa tarta decorada con los héroes del momento. En su jardín, había una piscina aclimatada y, bajo un delicado cenador, su padre colocaba una barbacoa y una congeladora llena de helados y refrescos. Contrataban muchos camareros para tener las copas de champán bien llenas. Y contrataban muchos cocineros que se encargaban de alimentar a los numerosos invitados.

La primavera siempre moría dedicándole una canción en su onomástico. Entre flores, ruido, risas ...y gluten.

¡Gluten!

Félix nunca olvidaría aquella última vez que probó una tarta, a pesar que era muy pequeño, cuando quizá tendría unos cuatro o cinco años.

Probablemente fue la primera fiesta que él podía recordar, ya que lo hacía con claridad. Volvía a su memoria, el aire suave, el día diáfano, la música infantil, el mago con su sombrero de copa haciendo sus trucos, cada uno más impresionante que el otro. Veía a Adrien jugueteando con los demás niños, para luego saltar vigorosamente en el hinchable con temática de Disney. No olvidaría a Chloe Bourgeois haciendo una rabieta en una esquina, tan sólo porque no le trajeron el globo del color que quería. Su madre, Amelie, preciosa y bella, alegre y enamorada totalmente de su padre, colgaba de un brazo de éste. A su lado, su gemela, la tía Emilie sonreía tenuemente tratando de no incomodar al ogro que era Gabriel Agreste. Y luego, al fondo del salón principal, vio aquella tarta, de un solo piso, cubierta de nata y adornada con muñequitos de juguete. Le pareció deliciosa. Se preguntó si esa tarta le caería tan mal como casi toda la comida que le daban. Se encogió de hombros, ignorante de todo. Unos meses antes de esa fiesta, ya el pediatra había hablado con sus padres y les había indicado una serie de pruebas para detectar el origen de aquellos misteriosos dolores de tripa que le aquejaban.

--La verdad sobre el amor-- **Felinette November 2021**Where stories live. Discover now