Operación Triangulo (Damian x Anya)

Capítulo 1 Reencuentro

Las clases habían comenzado, y el Sr. Henderson se disponía a dar la clase, pero sin antes de presentar al misterioso alumno que entró por una beca, los rumores se habían extendido durante toda la semana, por lo que todos querían saber de quién se trataba.
Debido a que era muy extraño que la escuela Edén aceptará a nuevos estudiantes, pero se justificada a la nuevas políticas del establecimiento.  

– Cómo todos ustedes saben, hoy ingresará un nuestro estudiante, espero que sean muy cordiales con él... –Les comentaba el Sr. Henderson a sus estudiantes, con una voz firme y elegante– ¡Dé un paso al frente y preséntate como corresponde!...

– «¿Un becado? No es muy común en esta escuela, bueno no es que me importe mucho...», pensó el joven de 15 años Damian Desmond, sin ánimos de si quiera conocer al estudiante.

–«Es el bacario, bocario, no me sale la palabra...» , Anya comenzó a formársele un lío en su mente, al intentar de pronunciar la palabra.

– Mi- mi nombre es Kenneth Miller, pueden decirme Ken –Habló por fin el nuevo estudiante, quien tenía una voz cautivadora– ¡Mucho gusto! –dirigió su mirada hacia Anya y le sonrió–
–«¡Oh, por Dios es ella! cálmate, tranquilo, podrás hablar con ella en el almuerzo... », se dijo asi mismo, mientras se impacientaba.

– «¿Por qué quiere hablar con Anya? ¿Me conoce? Se me hace conocido el bocario» , aún más confundida Anya no dejaba de mirarlo e intentar recordar si lo había visto antes.

–Puede dirigirse al asiento que esta al costado izquierdo del Joven Desmond. –Habló por última vez el elegante hombre–

Kenneth al llegar a su asiento, noto la presencia de Damian, se sentó y amablemente, le saludo.

–Soy Ken, un gusto. –le extendió la mano, buscando su aprobación–

– Damian... –lo miro con seriedad y casi sin importancia–

Durante la clase Ken no apartaba la mirada de Anya, admirando todas su facetas, desde que se  dormía en algunos periodos de clases, sobre todo quedaba cautivado por los gesto que aquella joven hacia con su cara. Pero él no era el único que se perdía en los encantos de Anya, Damian se había dado cuenta que el nuevo estudiante comenzaba a mirar a Anya de una forma muy descaraba a su parecer.

– «¡Es la quinta vez que mira a Anya! ¿Qué le pasa? ¿Debo llamarle la atención? ¡Es un acosador! no, cálmate, si lo haces harás un escándalo... », comenzaba a apretar los dientes mientras más lo pensaba.

– ¿Sucede algo jefe? –le susurró el rubio del  peinado de copete, Ewen–

– No, nada –oculto la mirada, para no ser muy evidente–

– «¡Anya se siente abrumada por la mirada de segundo y el bocario, sobre todo sus pensamientos! », la cabeza de Anya comenzaba a darle vuelta.

– ¿Anya sucede algo? Te ves agitada – Le pregunto Becky, preocupada–

– Mi cabeza da vueltas y vueltas – se quejó–

– Descuida ya es hora del almuerzo, y de paso podríamos conocer al nuevo chico, note que te estaba mirando –su tono de voz era coqueto y picaro–

–Anya también lo sintió, pero la mirada de segundo era más penetrante, daba miedo –angustiada y presa del miedo, intento respirar y relajarse–

–v¡Por fin! Es la hora del almuerzo, me acercaré a ella... », exclamó para si mismo, Ken, quien ya se levantaba emocionado de su puesto.

– Oye, no es que me importe y espero me equivoque, pero note que mirabas a Anya...No lo hagas, no es correcto, un caballero debe comportarse. –Damian, se levanto y lo miró fijamente–

–¡Es cierto, solo el gran jefe Damian puede hacerlo! –Respondió con seguridad, el chico con corte de hongo, Emile– 

–¡Así que no lo hagas sin su permiso, acosar a chicas está mal! –Recalco Ewen, apuntando a Ken con su dedo índice–

– ¡Qué, no estaba mirándola, no me dejen mal enfrente del becado! –Molesto protesto Damian, para luego  abandonar el lugar–

– ¡No nos dejes atrás! –Emile intentó de alcanzarlo–

–¡Estás avisado! –apunta con el dedo a Ken, para luego acompañar a Damian y Emile–

– «Quedé en ridículo, yo y mi bocota, tal vez ví mal... », sus pensamientos lo estaban atormentando, mientras caminaba junto a sus subordinados. 

–  ¿Ah? ... ¿Qué le pasa? –confundido Ken los miró irse–

CONTINUARÁ...