Una amiga de mi prima

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Las clases comenzaron como todas, había hecho los trabajos antes y unos 80 y 70 venían en mi libreta y libro de ensayos. De vez en cuando podía sentir la mirada de Ronald en mí, una que otras ocasiones lo encontraba mirándome fijamente logrando que me sienta algo incómoda.Siendo sincera aún no podía entender el que éramos después de aquel beso, y es que no sabía si decirle "Hey, Ronald. Sobre lo que pasó, vamos a olvidarlo, fue solo un error" o solo dejar las cosas así. Pero, ¿Cómo iba a dejarlo así? ¿cómo se suponía que debía de actuar? o más bien, ¿que se suponía que debía de pasar después de algo como eso?Una vez más pegaba con la pluma la libreta de, tal vez, Psicología, aún analizando todo lo que estaba pasando en mi vida.Una vez más la imagen de Ronald en el metro hizo que la ardilla de mi cabeza comenzará a correr a gran velocidad, analizando todo.Si él vivía a dos estaciones del metro de la facultad ¿Que hacía en mi estación? ¿me estaba esperando? y si fuera así ¿porqué?Pude sentir como algo pesado golpeó mi frente. Vale tenía en sus manos el libro de Psicología, el cual era más grueso que los demás y con la pasta más gruesa que haya visto en mi vida, por algo fue el libro que costó más que los demás.— Tierra llamando a Julieta -dijo mié tras pasaba su mano sobre mi rostro y en un tono algo similar al de un robot.— Perdón -dije. Agite mi cabeza un momento al darme cuenta que ya era hora de salida.— Has estado muy distraída toda esta clase, July -dijo mi amiga. comenzaba a guardar mis cosas y mi libreta, en la cual una vez más había anotada las cosas del pizarrón de forma automática, pero sin entender nada.— Lo sé, lo siento -dije mientras ponía mi mochila en mis hombros. Todos ya se habían ido y solo quedaba Vale y yo en el lugar.— Parecía que te estabas durmiendo, pero los garabatos que hacías en clase sobre el tema que dio tronchatoro me hizo entender que no estabas dormida -comenzo a contar Vale.— Roy ya se fue al igual que los demás -dijo como si hubiera leído mi mente.— Vale -la llame al ver como caminaba hacia la puerta. Valentina se giró hacia mi dirección y pude sentir como unas manos invisibles me tomaban por el cuello, como si no quisieran que dijera algo. Pero quería que mi mejor amiga supiera mi razón de insomnio, trague fuerte la saliva que había contenido en mi boca y pude sentir como aquella presión en mi cuello poco a poco se iba.— ¿? -pregunto y solo me queda a una opción. No quería que ella se diera cuenta de todo aún, pues estaría soportando todos estos días en adelante sus miradas de insinuación cada vez que me topará con Ronald.— ¿Puedo hablar algo contigo? -pregunte y pude notar por un momento como una ligera tensión se formó en el ambiente.


(*******)

Estaba ahora sentada en uno de los sofás de moda del departamento de mi amiga. Durante todo el trayecto a su casa ninguna palabra salió de la boca de las dos, claro que había avisado en casa que llegaría un poco tarde.Vale no vivía tan lejos de mi casa ni de la facultad, digamos que era un sitio medio.Cierto, no saben dónde vivo.Verán soy de Canadá, más preciso nací en Toronto, claro que una parte de mi vida la pasé en Estados unidos, pues mis abuelos y parte de mi familia paterna vive ahí.Así que si se preguntan donde estudió, pues es en York University. Sí, ya lo sé, hay muchos dormitorios en esa universidad, pero no me culpen a mí, yo que culpa tengo de que mi familia sea muy sobreprotectora conmigo.Pero bueno, regresando a la normalidad. Me encontraba sentada en la sala de Vale mientras que ella servía té verde helado en unos vasos de vidrio.— Bueno, y ¿de que querías hablar? -pregunto mientras me daba la bebida.Sostuve con fuerza el vaso entre mis manos, no sabía el como reaccionaria si le contaba lo que había pasado, pero había algo que me podría ayudar, o bueno solo un poco. Su ingenuidad.— Verás -tartamudee— Una amiga de mi prima conoció a un chico -comence a decir. ¿en serio, Julieta? ¿No había una escusa mucho más creíble?. Aunque tengo que admitirlo, Vale parecía creer eso.— Y... ese chico comenzó siendo algo tímido con ella, después de varios días conviviendo el y ella se volvieron algo -comence a hacer algunos ademanes mientras encontraba la palabra correcta para describir el tipo de relación que tenía con Ronald, aunque siendo sincera, no sabía que éramos.— ¿Cercana? -pregunto Vale.— Iba a decir amistosa, pero si tú lo pones así -conteste, trague un poco de saliva, no quería parecer que estaba mintiendo y más a mi mejor amiga, pero tenía que hacerlo en estos momentos— Después de hacerse "amigos", unos días pasaron y pues digamos que se besaron -dije y pide ver cómo los ojos de Vale se abrieron al par. La sorpresa en su rostro era como si un niño dibujara con marcador permanente un bigote en su rostro. Sinceramente no sabía si estaba así por la gran mentira que había creado o si era porque ya sabía que hablaba de mí.— Y después de eso cada vez que se ven es como si nada hubiera pasado, pero aún queda esa sensación de, tal vez culpa. Ella se arrepiente de lo que pasó, pero muy en el fondo le hubiera gustado que eso pasará. El punto es, ¿cómo te hubieras sentido tú si tuvieras que pasar por algo como eso? -pregunte finalmente. Si alguien tenía experiencia en eso de las relaciones, Vale era la indicada para eso, pues había tenido todo tipo de experiencia amorosa tanto sentimental como... físico.— Bueno -alargo la palabra. Sus piernas se cruzaron y dio un sorbo a su bebida.— Eso depende, ¿estamos hablando de la amiga de tu prima o de ti, Julieta? -dijo con una sonrisa en el rostro. Me mordí por instinto el labio y con ese gesto me delate.— *Es de la amiga de mi prima.— Bueno. Yo creo que ambos deben de estar confundidos, si es que ahora se tratan más cercanos que antes y el chico es más coqueto con ella, entonces significa que deben de hablar para solucionar las cosas. Si es que ella está arrepentida, entonces no habria porque pensarlo tanto. Solo ve y dile que lamentas lo sucedido y ya* -dijo mientras se encogía de hombros. Di un sorbo al te y suspiré profundo.— ¿Es Ronald? -pregunto Vale. Levanté mi vista del té a ella y pude notar una pizca de inseguridad en su mirada, pero la escondía muy bien con su sonrisa.— ¿Que? ¡No! -dije y ahí todo el teatrito se me hizo pedazos.— Yo...uhmm...-me quede en blanco. Una ligera risa de Vale se escuchó y pude ver cómo dejaba en la mesa de centro el vaso que tenía en manos.— Está bien, Julieta. No tienes porqué ocultarlo, todos lo sabemos -dijo. Levanté ambas cejas y un ligero rubor de vergüenza me cubrió el rostro.— ¿Me vieron? -pregunte, pero mi amiga lo negó.— Por suerte solo Roy y yo lo notamos, pero Julieta -su voz se convirtió en algo oscura— Ten cuidado, ¿sí? -dijo.Una vez más estaba escuchando esas palabras, el primero fue Roy y ahora Vale, ¿porqué?— ¿Porqué lo dices? ¿No se supone que tú querías emparejarme con él? -pregunte y pude ver cómo Vale se movió un poco de su lugar.— July... -se quedo a medias— Lo siento, pero no creo que sea momento para decírtelo -dijo y se levantó de su lugar.Solo podía ver como el pequeño cuerpo de mi amiga caminaba a la cocina para tal vez servirse más té, pero el vaso en la mesa de esa bebida a la mitad hizo que un nudo en mi estómago se creará.Tome mi mochila en mi hombro y caminé hacia la puerta para poder irme. No sabía porqué actuaba así, pero era como si me estuvieran ocultando algo que por más que intente querer saberlo nadie me lo diría.— Julieta -me llamó mi amiga. Mi mano estaba a punto de tomar la manija de la puerta, pude sentir como el calor me llenaba los ojos, dando a entender que quería llorar, mi labio superior temblaba y comenzaba a ver todo empañado.— Lo siento -dijo en susurro. Si pensarlo abrí la puerta de su departamento y salí.El aire de la calle me dio una bofetada al poner un pie en la banqueta, subí mi vista al departamento de Vale, el cual estaba en el octavo piso y pude ver cómo su rostro de asomaba por la ventana.Quería correr, quería escapar. Muchos dirían que el mejor lugar para estar bien es en ti casa, pero, yo no quería volver, no ahora.Como si mi cuerpo estuviera en automático comencé a caminar hacia la estación del metro, pero en vez de ir por el camino a casa fui a lado opuesto.No sabía qué hacer, no sabía ni como reaccionar.Y sin darme cuenta, ya me encontraba en el parque donde había tenido la Cita fallida con Ronald. Mire hacia todos lados con las esperanza de verlo, pero me maldije al darme cuenta de lo estúpida y patética que parecía estando aquí.Me senté debajo de un árbol, el cual estaba lejos de los demás y junte mis piernas en mi pecho, logrando así poder abrazarlas.Mire como los rayos del sol pasaban por entre las hojas del árbol, dando ese sentimiento de tristeza en mí interior.Necesitaba a alguien, y lo necesitaba ahora.

Di ¡No! al clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora