¿menta?

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Una vez más el sonido de la alarma de mi celular sonó y como era de costumbre lo tiré en el suelo con la esperanza de que se apagará, claro que mi intento fue fallido.
Me levanté de la cama y camine al baño, al verme en espejo del lavadero podía notarse a kilómetros mis ojeras, no había dormido bien en la noche pues esa idea loca de la "cita" con Ronald me mataba poco a poco, la cabeza me daba vueltas y sentía que iba a explotar, lo único que deseaba en estos momentos era el dormir y que nadie me despertará.

Al sentir como el agua fría tocaba mi rostro hizo que me diera cuenta que hoy más que nunca debía de estar despierta, tenía la entrega del proyecto y la "salida" con Romeo.

Argh... ¡Odio todo este lío!.

Tome los documentos que había hecho en un legajo y lo metí a mi mochila seguida de mis demás libros y unas que otras cosas que necesitaba para estar de buen humor, como mis audífonos, cargador portátil, etc. Al poner la mochila en mis hombros sentía que iba preparada para la guerra, pesaba demasiado y sólo llevaba pocas cosas.

Ya eran las 7:30 de la mañana y estaba por tomar el vagón del metro, letreros en todas partes promocionando el próximo festival internacional de música en el parque nacional del país. Era el tema del día pues se presentarían LP, Shawn Mendes, Jason Deluron, 5SOS, entre otros más, realmente no me importan los demás cantantes pero sí iría por Shawn Mendes y LP, son unos de los ídolos que me encantan.
Al subir al vagón del metro que me llevaría a la facultad observó cómo alguien de saco de cuero negro entra después de mí, me quedo sorprendida al darme cuenta de quién es... Ronald.

Bajo la cabeza y me muevo más hacia la puerta del otro extremo para poder perderme entre la multitud, aunque haya charlado con el por chat no significaba que nuestra relación cambiará... ¿o sí?

llegué a los tubos que están cerca de la puerta y ahí me quedé hasta llegar a la estación donde bajaría, de vez en cuando daba una que otra mirada a donde Romeo se encontraba y en una de esas "observaciones" nuestras miradas se cruzaron y como reflejo baje la mirada.
La estación donde bajaria llegó y tenía que admitirlo, tenía miedo el cruzarme con él ¿porqué? no lo sé.

Al estar ya fuera del vagón comencé a caminar a gran velocidad, parecía que estaba muy alterada pero en realidad huía de mi compañero de trabajo.
Estaba ya casi llegando a la facultad cuando en el puente peatonal que juntaba la estación del metro con la estación de autobuses que estaba cerca de la universidad una voz masculina me llama.

— ¡Violeta! -llamo una voz masculina, la piel se me erizo por un momento la sospecha de que Romeo me haya visto me comenzaba a alterar pero en cuanto un brazo rodeo mi cuello y su aroma lo delató, solo alguien como el usaría esos perfumes frescos.

— ¡Roy! -dije y el mi amigo solo mostró una sonrisa traviesa en su rostro.

— ¿Como está mi novia hermosa? -pregunto en forma de burla y antes de que pudiera responder un grupo de chicas pasaron a un lado de nosotros hechas una furia.
Observe una vez más a mis amigos y un susurro en mi oído confirmo la sospecha de todo.

— Les gusto desde hace un buen pero a mí no me agradan -dijo y comenzó a caminar con rapidez.

Lo seguí pues no tenía otra opción, al llegar a la escuela y después a mi salón me topé con una Valentina leyendo por primera vez.

— WOW, soy yo o es que estoy viendo a Vale con un libro -menciono Roy mientras se frotaba sus ojos con las mangas de su suéter azúl.

— Callate, que tengo que poner atención en todo para no equivocarme en el trabajo -dijo Vale mientras daba varias miradas a todas las hojas del libro.

Su mirada se levantó para poder insultar a Roy pero en cuanto me vio entrar dio un pequeño brinco y puso sus manos en su boca.

— Joder, pero ¿que te pasó? -pregunto, me senté en mi lugar y dejé caer mi mochila en suelo a un lado de mi pupitre.

— Mala noche -dije y mi amiga dio un giro de 180° para poder quedar frente a mi, dude el si decirle lo que había pasado en la noche y una vez más sin pensarlo hablé — Voy a salir con Romeo -dije y me arrepiento de haberlo dicho, pues tanto Vale como Roy me comenzaron a aullar.

— Si se pudo señores, si se pudo -dijo de manera exagerada Valentina mientras levantaba sus brazos y miraba el techo del aula.

— Como amigos -aclare y Valentina bajo sus brazos y Roy solo chiflo.

— Bueno, algo es algo -dijo mi amiga y solo pude apoyar mi cabeza en el pupitre.
La cabeza me daba vueltas, ¿porque había aceptado la salida con Ronald? ¿y si es de esos chicos que solo invitan a salir a jóvenes para luego drogarlas y venderlas? o peor ¿y si me quería secuestrar para vender en el mercado negro mis órganos?
Cerré los ojos por un momento y el sonido de una caja chocando con mi pupitre. Al abrir mis ojos veo a Vale poniendo a un lado mío una caja de mentas.

— ¿Menta? -pregunte, tenía en mis manos la cajita plateada llena de esas golosinas y una sonrisa traviesa en el rostro de mi amiga se dibujó.

— “Para una aliento más fresco” -imito la frase publicitaria de aquellos dulces y Roy puso en mi pupitre una bolsita negra.
La abrí y casi se me cae la cara de vergüenza al ver lo que estaba dentro.
Eran dos condones masculinos y uno femenino en esa bolsa, y para que me diera más vergüenza uno era de sabor.

— “Sin globito no hay fiesta" -imito una frase de los 90s de condones, sabía que nos amigos estaban locos pero no pensé que a estos extremos.

— ¿Están locos? ¿Porqué me dan esto? -pregunte indignada, pues me sentía nerviosa con esas "cosas" en frente de mí.
Vale y Roy solo rieron y un sonido de la puerta abriéndose me alteró, por instinto tome lo que habían puesto en mi pupitre y lo escondí en mi mochila que estaba media abierta.
Veo como Ronald entra al aula y le susurra algo a mi compañero de lado.

— Gracias, Francis -dijo y se sentó en el lugar que está a mi lado. Sentía el corazón al mil por hora y más por lo que habían hecho mis amigos.

— ¡Hay! Como quema el sol -dijo Roy mientras se avanicaba con su mano.

— Se llama calentamiento global -dijo Valentina y se giró para al final darme la espalda.
Ronald me miró en cuanto tomo asiento a un lado de mí, sonrio de oreja a oreja dejando a la vista su blanca dentadura.

— Hola -menciono mientras acomodaba su mochila en su lugar— Aquí tienes el trabajo, Julieta -dijo Romeo mientras sacaba de su mochila un legajo café.
Me lo entrego con una sonrisa en su rostro y en cuento tomé el legajo vi como como en el rostro de Romeo unas ojeras se ocultaban, al parecer se desveló haciendo este trabajo.

— Hola, ¿Larga noche? -pregunte y abrí el legajo, me sorprende que todo esto lo haya hecho él, es por lo menos para un 8 ni siquiera mi trabajo se podía comparar con la de Romeo.

— Bueno, hice lo que pude -dijo y se acomodó en su lugar— Pero... hoy podré descansar -menciono mientras se estiraba.

— Sí, hoy -dije con nervios, ¿porqué actuaba así? solo era una salida de amigos, pero aún así debía de estar alerta de todo, pues no sé si mis sospechas sean ciertas.
Carajo ¿Ahora qué hago?

Di ¡No! al clichéWhere stories live. Discover now