Capítulo 05: Alexander Bennet

169 89 247
                                    

05 | ALEXANDER BENNET

—De ninguna manera te irás de aquí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—De ninguna manera te irás de aquí. Primero muerto. —en ese instante se me congeló la sangre.

—Sé que me necesitas. Sé que soy buena en lo que hago, pero no creo poder seguir viniendo.

—Tu contrato no acaba hasta dentro de un año, y apenas estamos en octubre.

—Y lo sé, por eso vine a hablar contigo para ver qué podíamos hacer. No puedo quedarme más.

Su expresión se había endurecido más de lo debido, logré ver cómo escondía una mano y apretaba su puño. Las palabras de Kat se hicieron presentes en mi mente como un virus. Tom es muy avaricioso.

—Estos últimos dos meses no han sido los mejores. Las ventas han bajado mucho. En tu lugar tuve que poner a un novato que no hacía más que cagarla con los clientes. No tenía el nivel de experiencia que tú y eso me hizo perder ventas. Demasiadas ventas.

—Puedo explicarle hoy que debe hacer para que sirva los trago como yo, o mejor. —insistí.

—No estás entendiendo, Emilie. Ese tipejo no es más tonto porque no puede, nunca aprenderá lo que tú sabes en menos de un día.

—Pero podría...

—No es solamente eso, tú generas muchísimas ventas porque se acercan solo para tener una posibilidad de hablarte. El, al ser un niño tonto no genera lo que tú.

Lo que yo.

Me mordí el labio, tratando de no ponerle demasiada atención a eso último que dijo.

—Capaz podrías contratar a una mujer en vez de a un hombre.

—Muy pocas mujeres están capacitadas para ese puesto. La mayoría de las vacantes antes de contratarte a ti eran de hombres. Sin duda ninguno me hubiera generado lo mismo.

—Lo sé, Tom. De verdad que entiendo todo, pero espero puedas entenderme tu, no...

—Dos meses.

—¿Eh? —pregunté sin entender bien a qué se refería. Se puso de pie y empezó a caminar por toda la oficina, tuve que girar mi cuerpo para verlo frente a frente.

—Podemos anular tu contrato. Pero debes estar aquí dos meses. Enseñarle al crío lo que debe saber y pulirlo, esa es la única manera en la que aceptaré tu renuncia antes del próximo año.

Mis ojos se abrieron como platos indignada por lo que estaba escuchando.

—No debes estar hablando en serio.

—Oh, sí que estoy hablando y muy en serio. —me dejó ver su espalda para empezar a buscar algo en un estante. —Aquí está —alzó una hoja de papel que me dio la impresión haber visto antes.

El arte de mentir ©Where stories live. Discover now