Capítulo 09: Jake y un hacker

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09 | JAKE Y UN HACKER

—¡Que hija de puta! —grita Hannah cuando vuelve a sonar la vibración de pin invalido

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—¡Que hija de puta! —grita Hannah cuando vuelve a sonar la vibración de pin invalido.

—¡Hannah! —la regaño volteándome a verla.

—Es que es increíble. Completamente increíble. —me dice golpeando mi cama a la par con su brazo, mientras niega con la cabeza con la vista fija en la laptop. —¿cómo es que su contraseña no es el nombre de su perro? En mis prácticas casi el 80% de personas colocan a sus seres queridos de pin.

Algo llama mi atención.

—¿Como sabes el nombre de su perro? —inquiero. Vuelvo a entrar a mi baño tomando mis cremas y geles para volver a la alcoba en toalla, algo húmeda, sentándome junto con Han.

—Bueno, no sé en realidad. —dice sonriendo —Perooo... este foro dice que es Zeus. —me inclina la laptop. Observo el supuesto foro "50 datos curiosos de mi escritora favorita Melissa Harris" —es el dato número 8.

"Melissa adoptó un perrito en 2018, y nosotros sus lectores le ayudamos a bautizarlo como Zeus". Oh, la fanpage parece ser verídica, porque al final la chica adjuntó una foto junto a Melissa, con un encabezado de "El día más feliz de mi existencia".

—Está cría tiene pinta de ser la típica loca por su escritora, como yo —dice Han.

—Lo bueno de la típica loca por su escritora es que ella debe saber mucho, sigue leyendo ese foro... o todo lo que tenga que nos pueda interesar.

—Me duele el culo de estar sentada aquí tanto tiempo, Amelie. Llevamos como medio día en esta mierda y en lo único que hemos avanzado es en... ¡Nada!

—Eso no es cierto, ya sabemos que el cachorro se llama Zeus.

—Y nos sirvió de media mierda porque no es la contraseña.

—¿Estás segura? ¿Pusiste todos los patrones posibles?

—Le puse hasta Zeus con c de casa y aún sigue saliendo la advertencia de pin invalido. Solo queda un intento más para que se vuelva a bloquear por 10 minutos.

Hannah y yo ya teníamos toda la tarde intentando descifrar el código. Mi yo egocéntrica había jurado esta mañana que era pan comido, teniendo todo lo que se requería para el inicio de sesión, una simple y tonta contraseña sería lo de menos. Pero no fue así, además de que hemos estado investigando horas y horas sobre la familia de Melissa para colocarlos como posible contraseña, nos hemos matado la cabeza tratando de pensar cómo la difunta escritora. Si fuera ella yo pondría... Si yo fuera una famosa escritora sin duda mi contraseña sería... Qué hay de...

Lo más extenuante de todo era que solo teníamos 5 intentos cada 10 minutos. La página nos sacaba al 5to intento y debíamos esperar el tiempo límite para volver a intentar adivinar la jodida contraseña.

El arte de mentir ©Where stories live. Discover now