Capítulo 07: Un balón

127 55 183
                                    



07 | UN BALÓN

07 | UN BALÓN

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Mi semana había transcurrido lenta, dolorosamente lenta. Parecía una broma sucia del universo conspirando en mi contra. Mientras más rápido mi mente deseaba que los días pasasen, más largos eran. No había podido conciliar el sueño, mis noches eran tan pesadas.

Había estado alerta en la universidad. Por alguna extraña razón sentía que todo me perseguía, volteaba a ver detrás de mi espalda cada minuto sintiendo pesos de miradas sobre mí. Sin embargo, casi nunca encontraba una que realmente me importase. Todos los que me podían llegar a observar no eran más que cotillas escudriñando mi aspecto, mi ropa o hasta mi cabello.

Estaba ya acostumbrada a las miradas sobre mí. También a todas las personas que se me acercaban para pedirme favores, lamer mis botas o simplemente para quedar bien conmigo. Al ser la única hija de una familia importante todas las miradas caían en mí. Y así mismo, todas las expectativas de ser igual de increíble que mis padres.

Oh, claro que lo sería. Callarles la boca a todos era mi mayor especialidad.

Tomé un bocado de mi capuchino mientras volvía a echarle un vistazo al PDF que debí haber leído hace más de una semana para debatirlo hoy en clase de historia política. No me sentía nerviosa por aquello, era lo último que importaba ese día.

Ya era viernes.

Había pasado toda la semana buscando a Alex con la mirada. Sumándole a eso mi nerviosismo al estar sintiéndome observada era una completa mierda. Cualquiera que me prestara más atención podría notarlo. Me estaba comportando como una loca, como un gatito asustado en una fuerte tormenta.

Traté de encontrarlo en redes sociales. Pero no había allí nada que me sirviera, ni un correo personal o su número de teléfono. Su perfil era privado, tenía una cantidad considerable de seguidores y muy poco seguidos. Si seguía a 40 personas era mucho. Entre sus seguidores me sorprendió encontrar a Hannah Presley. Mi mejor amiga.

Después de enterarme de aquello no pensé mucho en lo siguiente que hice, la había citado para hablar con ella en alguna cafetería del campus antes de hablar con Alex. Todo mi cuerpo me pedía a gritos desahogarme con alguien, y si debía hacerlo solo una persona era lo suficiente confiable para aquello, y esa era Hannah.

Seguí caminando rumbo al Starbucks que se encontraba cerca de las canchas deportivas. Ese viernes la universidad estaba abarrotada de personas. En los pasillos no cabía ni un alfiler porque todos estaban empujando de aquí para allá. Alex me había dicho que nos encontraríamos en el área deportiva, pero no exactamente en dónde y eso me estaba martillando el cerebro.

Cité a Hannah en el Starbucks no por coincidencia. Quería deambular por el área deportiva sin que todos me miraran como un bicho raro, ya qué muy poco rondaba por esos lares de la UVE.

El arte de mentir ©Where stories live. Discover now