Capítulo 04: Más preguntas que respuestas

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04 | MÁS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS

Si el tiempo se pudiera detener juro que en ese momento todo mi mundo lo hizo

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Si el tiempo se pudiera detener juro que en ese momento todo mi mundo lo hizo. Sentí como mi respiración se cortó, y al mismo tiempo como empecé a hiperventilar tratando de enviarle el oxígeno que necesitaban mis pulmones por la impresión del instante.

Como si la foto quemara en mi piel, la solté en el cajón. Mordí mi labio con nerviosismo mientras mi cerebro ejecutaba mil preguntas por segundo. Con cuidado, cómo si le tuviera más miedo del que debería a la fotografía, la volví a tomar, la detallé y pestañee sintiendo que me faltaba visión, pero no, ahí estaba, y se veía perfectamente. A dos pelinegras, una casi más pequeña que la otra, con vestidos de la misma forma, pero de diferente color, playeros que caían sobre las rodillas de cada una, el sol detrás de ellas, sumergidas en un profundo abrazo mientras a duras penas trataban de mirar a la cámara.

Voltee la imagen.

«Elizabeth y Melissa,

1991,

Con amor, Cameron»

Esto debía ser una broma, debía ser una maldita broma.

Tomé la foto como pude, la guardé en mi abrigo y salí corriendo cerrando todo tras de mí. Cuando llegué a mi habitación, le eché el pestillo y caí al piso lentamente arrecostada contra la puerta. No sabía que estaba peor, si mi aspecto, mi cabeza o mi respiración. Todo era una bomba de información que caía y caía sobre mi haciéndome tambalear. No pensé muy bien en lo que estaba haciendo cuando empecé a googlear el nombre de mis padres y el de Melissa al mismo tiempo. Los tres eran personas importantes, un abogado concurrido, una famosa diseñadora de modas y una gloriosa escritora, todos se conocían en esta ciudad, todos se conocían en el estado, en el país, era imposible que si de ser así, si se conocían, no encontrar ni una sola foto de ellos tres juntos en Google.

Para mí desgracia así fue, al buscar solo aparecían fotos por separado, o de mis padres juntos, o de Melissa y sus libros, pero ninguna era juntos.

No encontré ni una sola página donde siquiera vincularan sus nombres, ni siquiera encontré una sola página donde hicieran mención de los tres juntos. Pero de ser así... ¿Si no eran amigos, de dónde carajos salía esa foto?

Inminentemente al buscar información de Melissa saltaron miles y miles de páginas hablando de su muerte, bajé y bajé tratando de no entrar en ninguna, solo buscar lo que quería, que era un vínculo entre ella y mis padres, pero fue imposible para mí no prestar atención a una página en concreto.

«La señorita Harris asegura que la muerte de su hermana fue un asesinato.»

Le di clic sin pensarlo.

Era un vídeo de una mujer, que tenía un parecido indescriptible al de Melissa. Estaba enojada, abrumada y tenía los ojos hinchados, las ojeras pronunciadas y un aspecto fatal.

El arte de mentir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora