KAPITEL ÅTTA

801 75 2
                                    

Capítulo 8

Tatiana

Horas más tarde...

— Si nuestra salida de este país sale mal o me pasa algo, quiero que te quedes con mi hijo, Tatiana. Eres la única persona en que confío en estos momentos y se que lograrás ser una buena persona para él — habla sin mirarme todavía.

— Saldrán los dos de aquí, estoy seguro de ello — afirmo y agarro de su mano, el observa nuestras manos luego a mí, escucho que alguien aclara su garganta, nos damos cuenta y nos soltamos la mano.

— Es hora de irnos de aquí. Tenemos que ponerles en un lugar seguro — dice Piero.

¿Habrá pensado mal? No creo que no haya nada que pueda reclamarme, no somos algo.

— ¿Estas bien, por qué estaban agarrados de la mano? — pregunta Piero al alcanzarme.

— No tengo que darte explicaciones ¿No? — menciono a la defensiva y hace una mueca con sus labios, se queda callado, sigo caminando hacia el auto cuando subimos me quedo pensativa y con un poco de culpa por tratar a Piero así, observo que está concentrado en la ruta y aparto mi mirada para ver los paisajes.

Creo que fui un poco brusca con él.

— Lo siento, hice mal en hablarte así, te agradezco que aceptarás ayudarme en esto — admito.

— Yo te ayudaré y estaré en todo momento, Tatiana — contesta.

¿Entonces porque me abandonó? No tiene sentido lo que dice.

— ¿Dónde nos quedaremos? — pregunta mi jefe rompiendo el silencio tenso que se hizo presente.

— Nos quedaremos en mi propiedad, estamos más seguros ahí que en un hotel — contesta Piero con tranquilidad.

— ¿Qué estas haciendo? — pregunto con interés y entre dientes.

— Tenemos que quedarnos en un lugar seguro ¿no? Y es mejor en mi casa junto con mis hombres, sabes bien que hay mucha seguridad en ese lugar — explica y bufo mientras cruzo los brazos, sé que tiene razón en esa casa hay mucha seguridad.

Una hora más tarde...

Estamos frente a la casa, debo admitir que no tengo las agallas en ese lugar.

— Vamos — dice mi jefe, bajo con la cabeza y le hago caso, nos quedamos en la sala de estar.

— Papi ¿Dónde estamos? — indaga su hijo despertándose.

— En la casa del amigo de Tatiana — responde mi jefe a Amil con un tono suave, Piero aparece y nos mira a los tres.

¿Qué esta pensando este hombre? ¿Qué película se hizo en la cabeza ahora?

Piero

Las ganas de reventar al jefe de Tatiana son inmensas, debo admitir que siento tantos celos por culpa del niño y de él.

— Necesitamos hablar — dice Tatiana entre dientes, me agarra fuerte del brazo y me arrastra hasta la cocina.

— ¿Qué carajos te pasa? — pregunta enfrentándome.

— ¿Qué me pasa de qué? — interrogo haciéndome del desentendido.

— ¿Por qué miras a mi jefe de esa forma? — cuestiona.

¿Enserio pregunta eso?

Me acerco a Tatiana y ella hace para atrás.

— ¿Enserio me preguntas eso? Eres mía, Tatiana — digo y ella hace un gesto que no me gusta para nada.

— No, no soy más tuya, Piero. Iba a hacer tuya que es diferente, pero eso ya es pasado, que te quede claro. Te pedí ayuda en esto porque eres el único en quien confío y conozco en este país

— ¿Por qué aceptaste ayudarlos? — pregunto de la nada.

— Porque el niño me lo pidió. No pude evitar, no aceptarlo ¿De acuerdo? — confiesa mientras mira la sala.

— Es mejor que haga esto por mi cuenta. Gracias de todos modos — dice y se da la vuelta para irse, agarro su brazo y ella me mira.

— ¿Pasa algo? — cuestiona con seriedad.

— Prometí ayudarte ¿recuerdas? Siempre cumplo con mi promesa — le hago recordar.

— Después de este problema. No nos volveremos a hablar y vernos por el bien de los dos — manifiesta con un tono frío y se zafa de mi agarre.

Pero yo sí quiero, verte, conocerte de nuevo y recuperarte. Me doy cuenta ahora que será difícil hacerlo ¿Cómo puedo hacer para reconquistarla de nuevo? 

Inesperado Corazón (#1M.M) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora