KAPITEL TOLV

618 50 0
                                    

Capitulo 12

Tatiana

Desde que fue el funeral de mi padre que ha pasado un mes no he pisado la casa de mi mamá solamente por melancolía, este lugar me hace recordar toda mi infancia, debo admitir que no quiero estar aquí, no porque me sienta triste sino porque no creo que sea más mi hogar.

Siento que alguien toma mi mano y me hace sobresaltar de mi lugar, levanto mi vista para que Piero tenga mi atención.

— ¿Estás bien? — pregunta Piero con preocupación.

— Estoy bien — miento con descaro ya que no estoy nada bien, bajo mi mirada y observa que Piero sigue tomando mi mano, logro apartarlo y dirijo mi vista hacia la ventana. El viaje se hace presente con un silencio tenso e incómodo.

¿Por qué elegí el lugar de adelante?

— Creo que tenemos que hablar de lo nuestro, Tati — rompe el silencio mientras maneja y no despega su mirada hacia la carretera.

— No hay más un nosotros desde hace mucho tiempo, Piero. No pienses que porque me estás ayudando mereces una oportunidad, te he dado varias y esa fue la última ¿Recuerdas cuando me prometiste que era la última caída que hacías? — concurso con un tono frío y seco.

— Todo tiene una explicación, no quise dejarte, pero tenía que hacerlo para protegerte. Te iba a buscar, pero...— interrumpo sus excusas levantando mi mano.

— Dime Piero ¿Cuántos años ha pasado desde que me dejaste sola en medio de nuestra boda? — pregunto con sarcasmo.

— Dos años — responde con un tono triste y mirando hacia otro lado.

— Exacto. No querías venir aquí y querer solucionar este problema, porque es más grande de lo que te imaginas, no sabes lo que tuve que luchar sin tí — expreso con una voz quebrada, miro de nueva la ventana, siento que las lágrimas empiezan a salir y no se limita.

— Tatiana, yo...— corto su oración.

— No digas nada. No quiero escuchar lo que tienes que decir, sólo, déjame tranquila — hablo tratando de tener paciencia porque si no le mato con mis propias manos. Me doy la vuelta para comprobar si está todo bien allá atrás, sonrío al verlos a todos dormir.

Qué bueno que no escuchen nuestra pelea.

Me recuesto y cierro mis ojos para poder descansar un poco como ellos.

Horas más tarde...

Siento unas manos pequeñas que me tocan mi rostro y abro poco a poco mis ojos, me encuentro con el niño de mi jefe.

— Llegamos — anuncia Amir con timidez.

— Gracias, cariño. Iré enseguida ¿De acuerdo? — hablo con un tono de suavidad, el niño asiente y se va junto a su padre, me desperezo todo y salgo del auto. Miro frente mío que la casa donde viví mi infancia, suspiro antes de entrar adentro de ella.

— ¿Qué fue lo que sucedió? — cuestiono mirando mi alrededor.

La casa está totalmente cambiada, está hermosa.

Escucho que alguien baja las escaleras y viene hacia donde estoy.

— Tatiana, viniste — dice mi hermana menor.

— Estoy aquí, cariño también traje conmigo a un nuevo amigo — comento y sus ojos brillan.

— ¿Es el perro negro, enorme que está en la entrada y asusta a los hombres que están afuera y nos le deja entrar en la casa porque les gruñe como si estuviera hambriento? — pregunta con rapidez y asiento con la cabeza, abro mis ojos con horror porque todavía no le di comida a Chester.

— Tatiana — chillan todos los hombres al mismo tiempo y voy corriendo hasta la salida de nuevo.

Que dramáticos pueden ser estos. Es un perro indefenso, no le hará daño a nadie.

Salgo de la casa y miro la escena más simpática del mundo. Los tres hombres asustados están arriba del auto mientras que mi perro les ladra ¿Por qué Chester no quiere a los hombres?

— Chester — lo llamo y me presta atención, llora para que le preste atención.

— ¿Qué pasa, cariño? ¿Qué te hicieron los malos? — interrogo con un tono dulce, camino hasta la camioneta, saco de mi bolso el plato y la comida de Chester, pongo abajo y le pongo su comida, el perro espera para que le dé la orden de comer su comida.

— Puedes comer cariño — ordeno con dulzura, observo a los tres hombres.

— Bájense de ahí ahora mismo ¿Cómo se les ocurre estar en el techo del auto? Son unos locos. Piero, Johan bajen las maletas con Abdel. Iré a saludar a mi mamá. Chester no les hará daño, son unos dramáticos — ordeno, los tres me hacen caso sin quejarse o protestar, me encamino de vuelta hasta la casa y subo las escaleras, al llegar al cuarto de mi mamá suspiro antes de entrar.

Tengo el presentimiento de que si entro junto a mi madre, mi corazón se romperá al verla tan débil. 

***

Los tres hombres siguen teniendo miedo de Chester

¿Quieren ver cómo es el perro de Tatiana?

POR OTRO LADO, COMENZAMOS CON EL MARATÓN SEMANAL...

Habrá interesantes capítulos en estás semanas, no se pierdan.

Inesperado Corazón (#1M.M) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora