XVIII

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— Señorita Aihara se le ofrece algo más.

— No, puedes retirarte... Gracias Cristina  por todo.

— Lo hago encantada señorita, que disfrute su té.

Cristina.

Desde el tiempo que tengo conociendo a la señorita Mei nunca la he visto así, no sé que pasó con su Omega pero no la he visto hace mucho tiempo, además no me atrevo a preguntarle porque seguro se enoja conmigo por ser entrometida.

Como si fuera un fantasma llega a la mansión y va directo a su habitación donde suele quedarse  días, a veces escucho sollozos acompañados de lamentos, frases de dolor y bueno cualquiera se daría cuenta que la señorita Mei esta sufriendo por amor.

No sé que mal le hizo a esa Omega pero existe el perdón, ha dejado muy cambiada a la señorita, hasta he visto en estos días que saludo a unos cuantos empleados cuando ella nunca lo ha hecho; Espero esa Omega regrese pronto aquí y haga que la señorita vuelva hacer ella misma.

(...)

— ¿ Qué te sucede ? — habla Matsuri al mirar como Yuzu contemplaba  el bosque desde una ventana.

— Sí te lo digo no pensarás que me he vuelto loca.

— Claro que no, dimelo con toda confianza — se sienta al lado de la Omega.

— De alguna manera hecho de menos la compañía de Mei, o sea no la amo pero la extraño y no sé exactamente qué me pasa con ella.

— Buena compañía — emite una leve carcajada — perdona pero de Mei no me la creo, por algo quisiste escapar de ese lugar así que nada bueno tenía esa mujer.

— Tienes razón pero extraño sentir sus brazos rodear mi cuerpo en esas noches frias, las charlas sobre cosas insignificantes que solían durar horas, como me miraba con sus ojos como si yo fuese lo único que  quisiera ver en el mundo.

— Yuzu, suenas como una persona enamorada. No me digas que de alguna manera te lograste enamorar de ella.

— Claro que no, creo que es culpa del embarazo estoy más sencible, solo es eso no me hagas caso a mis disparates.

— Estuve hablando con Harumin y creo que debemos tener listo todo para el nacimiento del cachorro.

— ¿Qué tienen en mente ?

Entra Harumin a la sala con dos tazas de chocolate caliente una le entrega a Yuzu y la otra a su novia.

— Voy por los churros, así comemos y charlamos a gusto les parece.

— Me parece perfecto —  responde Yuzu, que bebe de la taza.

— Y tienes alguna idea de qué va hacer el cachorro.

— Pues no, no tengo ni idea, lo único que sé es que lo voy amar con todas mis fuerzas.

— Vas hacer una gran madre Yuzu.

— Eso espero y tú una buena tia.

— Y acaso yo no seré una gran tia, si yo tengo más tiempo de conocerlo — Harumin llega con una bandeja de churros que pone en una pequeña mesa de madera.

—  Ovbio sí, ustedes dos serán las mejores tias del mundo.

— Daremos lo mejor. Ahora de lo que quería hablarte Yuzu, Harumin y Yo hemos decidido que necesitas un nido.

— ¿Un Nido? Es tan necesario.

— Pues sí,  como tu lo comentaste hace minutos estas sencible. Tus emociones son inestables ya que puedes estar feliz y luego enojada, el nido puede ayudarte a que no te estreses y te sientas más cómoda.

— Pero eso es de parejas que se aman.

— Básicamente se podría decir que sí, pero también puede ayudarte con tus feromonas y que no te pongas territorial al estar Matsuri aquí — Harumin muerde el churro.

— ¿ No entiendo ?

— Al ser Matsuri otro Alfa te puede llegar a desagradar tenerla serca tuyo, no es por culpa tuya sino del embarazo así que para evitar esos problemas hemos decidido hacer una aventura a tu antigua casita.

— Espera van donde Mei, se han vuelto locas.

— No, traeremos algunas prendas de Mei para que formes tu nido — habla Matsuri.

— Perdónenme pero es una idiotez, mi madre no hizo ningún nido para tenerme, así que gracias pero no lo necesito.

— Bueno la desicion esta tomada Yuzu, ya nos vas agradecer mujer, por ahora disfrutemos del momento les parece — Harumin se levanta del asiento para darle un beso a su novia.

— Podrían parar, su muestras de afecto me molestan, par de Golosas inconscientes.

— Tienes envidia, mejor ya me voy tengo unos pendientes que resolver pero estaré avisandoles cualquier cosa — agarra su chaqueta y se despide de las otras con un beso en la mejilla.

—  Te escribo al rato — Harumin alcanza a su novia y le da un beso.
Era muy notable el amor que ambas se tenían.

— Ya por favor paren con eso — protesta Yuzu — Haru sirveme más chocolate.

— A sus ordenes.

Matsuri.

Ya tenia una hora manejando, no podía evitar sonreír al acordarme de mi novia. Apenas mi móvil agarro señal empezó a llegarme notificaciones y un mensaje de Mei.

* No sé dónde estés pero necesito que vengas rápido a mi casa, ahorita mismo.

¡ Ay vamos de nuevo !, Bueno nueva parada, a la mansión Aihara.

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