XXI

1K 95 15
                                    


                           Matsuri.

Estoy cansada. Llevó toda la mañana aquí en mi oficina revisando papeles sobre mi trabajo, además tengo que planear todo el asunto del viaje.

Estaba por responder la llamada de mi novia cuando Casir suena mi puerta con tres golpecitos, le doy permiso de entrar, no sabía porque sonreía pero se veía estúpido haciéndolo.

— Hola querida jefa, está hermosa como siempre.

— Habla de una vez Casir que quieres, tengo mucho trabajo por hacer aquí.

— Solo quería ser amable pero voy directo al grano, Mei requiere de nuestra presencia, me pidió llevarte a su  oficina.

— Acaso esa mujer no puede dejarme en paz por un día, vamos de una vez.

Al salir de mi oficina una sensación de miedo invadio mi cuerpo, lo ignore y seguí ha Casir subiéndome a su auto.

En todo el camino me estuve mensajeando con Harumin, en verdad quiero demasiado a esta mujer creo me volveré loca si algún día la pierdo.

— Llegamos — habla Casir.

— Bien, veremos que quiere nuestra "Jefa"

—  Tengo un buen presentimiento, seguro son buenas noticias.

Otra vez esa sonrisa idiota en su rostro, camine rápido para alejarme de Casir, cuando estuve frente la puerta de la oficina de Mei otra vez volví a sentir esa sensación de miedo, como si algo me advirtiera que saliera del lugar.

Abrí la puerta y observe a Mei recargada en el escritorio, cuando por fin estaba dentro escuché como la puerta fue cerrada.

— Hola Matsuri, quieres un trago.

— No gracias, Casir me dijo qué querías verme.

— Así es, sabes estoy muy feliz ahora mismo gracias a Casir, por cierto Yuzu te manda saludos.

— ¿Qué? — mis ojos observaron el rostro de Mei buscando algo de mentira en lo que acaba de decir pero no mostraba expresión alguna.

— Al parecer Yuzu estuvo viviendo en una cabaña en lo profundo del bosque, pero tranquila que ya está bien, ahorita está en casa unos doctores la están revisando para asegurarse de que ella y el cachorro estén bien.

— Me alegra saber eso.

— Gracias, aquí en estos papeles esta tu nuevo trabajo — Antes de que Matsuri pueda tomarlos para leerlos, hago que caigan al suelo — ¡Ay perdón!

— No te preocupes —  me agache y recoji los papeles hasta que sentí un golpe en mis costillas que me hizo rodar hasta terminar chocando con la pared.

—  ¡CONFIESA DE UNA VEZ! .

— A qué te refieres — me levanté despacio, me dolía demasiado pero aún así me puse frente a Mei mirándola directo a los ojos.

— ¡DIME LA VERDAD! —  apreté mi puño de rabia intentando calmarme un poco para no matar de una vez a Matsuri.

— Entonces no tiene caso que siga mintiendo, solo me queda por decir que es verdad. Yo no ayude a escapar a Yuzu, pero si encontré donde se escondía  y lo mantuve en secreto.

— Me has traicionado, confíe en ti, fuiste testigo de mi sufrimiento pero no te importo — empuje ha Matsuri provocando que ella cayera al suelo, puse mi pie encima de su pecho.

— Vas ha matarme no es así, pero sabes algo no me arrepiento de nada.

— ¡CÁLLATE! — presione más mi pie — todos aquellos que quieran alejarme de mi Yuzu sufrirán las consecuencias, siendo sincera no sé si matarte, siento que es muy fácil para ti simplemente morir.

—  Entonces porque no te matas, debí dejar que te dispararas la otra vez, tú eres quién más hizo sufrir a Yuzu y la mala soy yo, en serio yo merezco morir si tú la lastimaste.

— Ella es mía y puedo hacer lo que quiera, lo que hice fue por amor, ella debe aprender a ser una buena esposa.

— Y golpeándola es tu solución, acaso te olvidaste de eso, vamos dime, quien es la mala aquí, tú o yo.

— Ya cambie, no pienso lastimar a Yuzu, es más me aseguraré de que este a salvo y sino te mato es porque se lo prometí pero si te atreves acercarte a ella no solo acabaré contigo sino también con tu linda novia.

— Estas loca, psicopata.

— Dime lo que quieras, recuerda que quien tiene el poder puede manejar todo como le plazca — quite mi pie para después patearla en su abdomen — Casir ven aquí.

— Sí señora.

— Encárgate de ella, comunícate con su novia y que venga a verla, también has que algunos hombres la mantengan vigiladas, al mínimo acercamiento a Yuzu tienen mi permiso de disparar.

— Sí señora como ordene.

— Escúchaste bien Matsuri, si quieres mantenerte a salvo aléjate de mi mujer — Salí de la oficina dejando a Casir encargado de todo, tengo cosas que hacer.

En Medio De Nuestro Amor Where stories live. Discover now