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El reloj sobre uno de los muebles de la habitación del vampiro marcaban las nueve de la noche

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El reloj sobre uno de los muebles de la habitación del vampiro marcaban las nueve de la noche.

Encendió unas velas más para alumbrar la habitación, ya se había acostumbrado fácilmente al olor tan agradable de las velas, que si bien no eran aromáticas eran más agradable al olfato que las velas en la posada hechas de grasa vacuna que emanaban un olor pésimo. Las velas más caras eran usadas para el ambiente con los clientes del lugar que iban a comer, para los inquilinos no.

Se colocó una gargantilla más simple que encontró entre los cajones de la habitación, solo que esta no cubría toda su herida, por lo que se ayudó de una camisa usando el cuello largo de este.

Abrió la puerta de su habitación, lentamente para no llamar la atención y bajó hacia uno de los pisos principales.

Los nobles y plebes del castillo descansaban, a excepción de algunos caballeros que hacían de guardia a los alrededores.

Esperaba a que todos los del castillo duerman para poder comer porque para él no había nada más asqueroso que el olor de la carne, y esa noche habían cenado cerdo...mucho peor, Yeonjun odiaba el olor del cerdo y no quería imaginarse el sabor.

Todos en ese castillo eran unos carnívoros, no había nada más que carne y todo contenía carne. Carne vacuna, de cerdo, de cisne, bacalao, ostras, hasta pavo reales y ¡todo lo que sea carne!

Yeonjun solo se quedó como estatua en la mesa, sin apetito alguno.

Cuando bajó a la cocina se acercó a los estantes y demás para sacar los ingredientes.

Tenía antojo de pastas rellenas hace tiempo, quería comprar algunas cosas en el mercado como harina y vegetales pero el rey no lo dejó salir en todo el día, con suerte fue al baño. Pero al menos le permitió usar los alimentos de la cocina-

Y mientras seleccionaba poco a poco todos los ingredientes, una voz resonó en el lugar.

— ¿Aprendiz?

Y Yeonjun pegó un salto en el lugar de la sorpresa y a su vez volteando rápidamente.

— ¡Lo siento! Aprendiz Yeonjun...no era mi intención asustarlo. — Comentó la doncella sobresaltada también por la situación.

— No, no, está bien. — Soltó el castaño tratando de calmar a la chica.

— Es que salí por agua y me pareció curioso oír a alguien por aquí cerca.

— Sí, te entiendo, yo hubiera hecho lo mismo. — Admitió el chico con una sonrisa.

La pelirroja sonrió buscando alguna excusa para permanecer más tiempo con el aprendiz.

— Y...¿Puedo saber qué hace en la cocina?

— Bueno... iba a hacerme algo de comer. — Dijo el castaño apoyándose por la mesada tras de sí.

𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 • 「soojun」Where stories live. Discover now