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Pasaron semanas, a lo mejores meses y había perdido toda noticia sobre él, no podía ir a verlo por sí mismo y tampoco podía enviar a alguien, nadie debería saber el desfile de Yeonjun además de él

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Pasaron semanas, a lo mejores meses y había perdido toda noticia sobre él, no podía ir a verlo por sí mismo y tampoco podía enviar a alguien, nadie debería saber el desfile de Yeonjun además de él. Estaba desesperado y terriblemente enojado. Si no tenía noticias acerca del castaño en menos de unos días caería en demencia llevándolo a hacer estúpidos.

La fría y oscura habitación no solo se encontraba saturada de soledad, sino también de un seco silencio, por lo que los pasos de tacón que se aproximaban hacia él hacían un desagradable eco a los oídos del pálido, provocando que el silencio interrumpido se volviera pesado. . El pálido quien apretó los dientes con fuerza levantó la mirada pero sus ojos no subieron hacia ella, volteó la mirada hacia el enorme ventanal y apoyó su rostro en su palma en señal de desinterés.

— Lamento si soy inoportuna. — se disculpó con sarcasmo la mujer. — Pero estaba ansiosa por saber si ya sabes noticias de tu...criatura.

— Ya te he dicho que no le digas así. — ordenó con calma, a pesar de su estado.

— Sire Min...— la llamó y finalmente el pálido volteó hacia ella. —Te anhelo. — confesó y Min frunció el ceño. — Y es por eso que te digo que es mejor que te olvides del doncel.

— No. — dijo, calmado como el agua pero su voz con tanto poder como un depredador, como el depredador que es.

— Señor-...

— ¡Nada! — elevó la voz — Él es mío y lo voy a traer conmigo, tarde o temprano, no me importa.

— Él ya está tomado por alguien más, y creo que ya has visto que Yeonjun está de acuerdo con eso.

— Cierra la boca, no sabes lo que dices. Yeonjun me ama y está esperando por mí. 

La mujer bufó con molestia.

— ¡Él no te valora! ¡Ya no te ama! ¿Cómo no puedes darte cuenta? ¡¿Cómo no notas que tienes a otros que pueden amarte de verdad?! — gritó frustrada.

Min soltó una risa burlona y cargada de rabia antes de hablar. 

— ¿No me dices que tú? Ya te he dicho que no me importas.

— Si él te importara lo hubieras hecho parte del clan, no tuyo. Yeonjun tendría una protección. Yo debía tener tu también protección. — Soltó la mujer intentando ocultar sus ojos cristalizados. — Ellos vendrán hoy, buscan a Yeonjun y sabes que tanto como tú. Si hay algo que te recomiendo es que te olvides de él porque lo van a encontrar y van a matarlo como debió ser hace tiempo. 

— Vete, ya. — ordenó sin verla.

Ella lo observó unos segundos y luego dio media vuelta para finalmente dejar ese lugar, cada paso que daba rebotaba en todas las paredes y cuando abrió la puerta un chirrido fuerte acompañó el disgusto del pálido. Quien apenas estuvo solo en el salón se arrojó todo lo que tenía sobre el escritorio, furioso y desesperado, no tenía idea de lo que debía hacer. Si la ira lo consumía por completo sería capaz de ir por el doncel sin importar qué.

𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 • 「soojun」Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum