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Ni el monarca ni su aprendiz presintieron nada, nada de lo que paso

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Ni el monarca ni su aprendiz presintieron nada, nada de lo que paso.

Yeonjun ni siquiera pudo levantarse cuando de repente estaba rodeado de cristales, cristales en la cama y cortadas de los mismos en sus muslos y brazos.

Con pánico y curiosidad volteó hacia diferentes direcciones. El monarca tenia cortadas en la ceja, hombro y espalda. Volteó hacia atrás observando el ventanal roto.

— ¿Qué fue lo que sucedió? — Preguntó hacia el rey, el pánico causó intenciones de levantarse y pedir ayuda pero el monarca fue más rápido en tomar con su mano su brazo ensangrentado.

— Quédate, puedes herirte. — Yeonjun demostró la cantidad de cristales en la cama y el rey tenía razón.

— No entiendo.

— Algo rompió la ventana. — Aclaró el rey.

La preocupación en ambos aumentó cuando oyeron los gritos del exterior.

El monarca sin pensarlo levantó las sabanas echando los vidrios al suelo.

— Quédate aquí.

Y tanto nervios como dudas aumentaron en Yeonjun. La ventana rota, los gritos, todo lo estaba inquietando.

—Pero Soobin-

— ¡No quiero que salgas! — Le dijo por último de forma histérica.

El monarca bajó y en el proceso se chocó con el general que subía hacia su habitación con la misma urgencia.

— ¿Qué pasa? — Preguntó duramente el rey.

— Las doncellas vieron a unos de esos demonios, su majestad. — Soltó el general — Está aquí, en el pueblo.

Soobin siquiera dió una orden, solo avanzó con un ritmo acelerado y dispuesto a lo que tenga que hacer.

Yeonjun lloró, se sintió débil y en peligro. De rodillas sobre la cama, se acercó al ventanal tras él y sus manos temblorosas hicieron tacto con el frío material rocoso. Se inclinó hacia adelante, observando a la cantidad de personas en junta justo frente al castillo. 

Soltó un jadeo por el viento frio haciendo tacto sus mejillas húmedas y sorbó su nariz tratando de oír más.

— Desapareció en el bosque. 

 Yeonjun pudo oír y no reconoció la joven voz.

Aún tembloroso se alejó del ventanal, dudoso y descubrió los cristales del suelo.

"Si el rey entra podría cortarse" — Pensó.

Se paró de la cama sintiendo algunos cristales diminutos dañar la planta de sus pies pero nada que no pueda soportar. Comenzó a correr los cristales del camino principal de la puerta.

Apoyado en la puerta quedó un cristal, más grande que los otros pedazos y Yeonjun lo tomó atraído por los colores de este, lo levantó ligeramente y pudo ver perfectamente el reflejo de la luna y su luz entrando por la ventana ahora sin cristales.

𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 • 「soojun」Where stories live. Discover now