"No sabes cuánto te he extrañado", susurró Jimin entre sus besos voraces, su voz llena de anhelo mientras presionaba su cuerpo desnudo entre el suyo y la cama después de llevarla dentro de su apartamento y dormitorio.
"Yo también te extrañé, cariño". Sus manos estaban ocupadas jugando con su suave cabello mientras una de sus manos ahuecaba uno de sus senos. Estabas en mi mente cada maldito minuto.
Sus ojos se iluminaron, una brillante sonrisa adornaba su rostro mientras la miraba, "¿Sí? ¿Incluso cuando estabas con él?
Tomó uno de sus pezones en su boca y comenzó a tomar turnos entre chupar y hacer círculos con su lengua alrededor de él mientras apretaba y masajeaba el otro seno suavemente, haciéndola temblar de excitación y deseo.
Sus labios terminaron en los de ella nuevamente, tomando su labio inferior ligeramente entre sus dientes, mirando, "¿Cuando te estaba besando?"
La mano que antes estaba en su pecho se movió hacia abajo, los dedos alcanzaron sus pliegues y frotaron su clítoris.
Ella arqueó la espalda y abrió las piernas, un suave y breve gemido escapó de sus labios.
"¿Cuando te estaba tocando?" su cálido aliento ahora abanicó el caparazón de su oreja, los labios rozando mientras hablaba.
Rápidamente bajó por su cuerpo y ella gimió ante la pérdida de su toque, haciéndolo sonreír.
Envolvió sus piernas alrededor de sus hombros y se sumergió, su lengua girando y lamiendo hasta que pudo convertirla en un desastre gimiendo.
Empujó sus dedos dentro y fuera de ella, haciendo que ella tirara de sus mechones rojos y que los dedos de sus pies se curvaran.
"Ah-Jimin... Mierd...-"
Se detuvo, pellizcando su clítoris y ella gimió levemente, sorprendida pero emocionada por ese gesto.
Él gruñó. "Mírame y responde mis preguntas".
Sus ojos se encontraron, sus respiraciones erráticas llenaron la habitación, sintiendo al máximo el anhelo que se reflejaba en sus ojos y que se extendía por todo su cuerpo.
"¡Sí, sí! Cuando estoy con él, cuando me besa, me toca, me folla..."
Su beso la interrumpió, un gruñido escapó de su garganta por los ardientes celos y la posesividad que invadía su pecho y guiaba sus acciones.
Sus dedos volvían a entrar y salir de ella, con un brillo oscuro en los ojos.
Él siseó cuando la vio sonreír, apretando los dientes, "Te encanta verme así, ¿verdad? ¿Haciéndome sentir segundo después de él?
Ella gimió, arqueando la espalda y pasando los dedos por su cabello antes de tirar de él.
Su mirada se oscureció, una sonrisa siniestra y un brillo burlón en sus orbes aparecieron a la vista, haciéndolo detener sus movimientos y tragar saliva, "¿Quieres ser insuperable? ¿Crees que lo vales?" Su mano se deslizó hacia abajo y palmeó su longitud, apretando un par de veces y escuchándolo gemir.
"¡Sí Sí! ¡Ngh- valgo más que él!" Sus ojos brillaban, desesperados por transmitir su amor, más gemidos salían de su boca al sentir la mano de ella bombeando su polla, "¡Puedo hacer que- ah- te sientas mejor! ¡Puedo apreciarte mejor! ¡Puedo follarte mejor!"
"Entonces muéstrame, bebé. Fóllame crudo mejor que él. "
Su cerebro dejó de funcionar, los ojos muy abiertos, la respiración fuera de sus pulmones y el corazón acelerado. Pero él no dejó que ella se lo dijera dos veces.
