Un cálido día de principios de otoño en la plaza del pueblo.
Cientos de ciudadanos se reúnen en torno a ella, comiendo, bebiendo o bailando entre las enormes decoraciones.
El alcalde y su recién estrenada esposa, sentados a la cabeza de los festejos, con ojos que sólo se separaban para conversar con quien se acercaba a desearles lo mejor.
Y ni un bandido maknae a la vista.
Justo lo que a Yoongi le gustaba ver.
El sheriff se apoyó en la barra del bar, con un vaso de whisky en la mano, mientras miraba la recepción. La noticia de la próxima boda del alcalde Jin se había extendido por la ciudad en el momento en que su prometida Rosé fue vista con una banda alrededor de su dedo anular izquierdo. La pareja no tardó mucho en anunciar una cita, queriendo aprovechar este momento de paz para casarse antes de que el caos provocara que Jin estuviera fuera de casa durante días nuevamente.
Hasta ahora, todo iba al pie de la letra.
No hay novias ni novios fugitivos.
No hay objeciones durante 'habla ahora o calla para siempre'.
Nada de brindis borrachos que revelaran esqueletos en armarios.
Solo un día alegre celebrando el amor de dos personas.
Yoongi ya se acercó a la pareja antes, dándoles sus mejores deseos para un futuro feliz. Jin y Rosé no lo dejaron irse con un simple agradecimiento, expresando su gratitud por asegurarse de que todo saliera bien hoy. Su invitación se extendió a todo el pueblo, incluidos aquellos que no estaban de acuerdo con las reglas del alcalde. En su mayor parte, los detractores que asistieron se mantuvieron apartados y no armaron un escándalo, disfrutando de la comida, la bebida y el entretenimiento gratis.
Bien. Yoongi no tenía ganas de mancharse de polvo o sangre su elegante traje hoy.
Además...
Sus ojos felinos volvieron a la manada de mujeres que había estado observando constantemente.
Tenía algo más importante de qué preocuparse.
Todos en la ciudad incluían a todos, incluso a los trabajadores del burdel de Namjoon. Lo que significaba que estabas allí, conversando con tus compañeros de trabajo y todo vestido para la boda.
Yoongi no iba a mentirse a sí mismo; te ha echado el ojo desde que entraste en la capilla. Le llamó la atención la forma en que llevabas el pelo peinado y el vestido que llevabas puesto. Todo este tiempo que había pasado contigo antes y nunca te había visto tan arreglada.
Le trajo un sentimiento familiar a sus entrañas que ocurría cada vez que se dirigía a su lugar de trabajo para una visita.
Ese sentimiento solo aumentó a lo largo del día, observándote mientras bailabas y socializabas, sin una preocupación en el mundo sobre tus hombros.
La diversión te quedaba bien, sólo superada por la lujuria desenfrenada.
Yoongi estaba ordenando su segundo vaso y conversando con el cantinero cuando sintió que alguien se le acercaba por un costado. Girando a su derecha, levantó una ceja ante quien lo esperaba.
"Hola gatita".
"Hola sheriff. ¿Divirtiéndote?"
Dio su respuesta levantando su vaso de whisky y asintiendo con la cabeza.
"Viviendo el sueño. Debe ser agradable tener un día libre para ti, ¿no?"
"Mm, absolutamente. Es incluso mejor ahora que me he encontrado contigo".
