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No supo en qué momento empezó a sentir curiosidad por el primogénito de la segunda familia. Pero cada vez le era más imposible apartar la vista de ese sujeto.

Estaba mal, lo sabía. Pero cuándo compartían el mismo lugar, inconscientemente lo buscaba en su radar. Debió estar alerta desde ese momento, pero ignoró el calor en su pecho al verlo tan cerca.

También debió sospechar qué algo no andaba bien cuándo notó molestias en su pecho al descubrir de vez en cuando a Vegas junto a su amigo Porsche, no era normal la incomodidad de verlos juntos.

Pete poco a poco sintió atracción por Vegas. Lo disimulaba muy bien, pues al ser el guardaespaldas principal de la primera familia sabía cómo ocultar cosas.

Maldijo el momento dónde el universo empezó a jugar en su contra, trayendo a Vegas más seguido a su vida. No podía mirar hacia un lado porque encontraría al dueño de sus deseos más oscuros, deseos que no quería aceptar en voz alta.

Cuándo Kinn le ordenó junto a Arm, acompañar a Porshe en una misión suicida, pues sería en terreno de la segunda familia, algo dentro de él se emocionó. Podría descubrir algo más, algo que sacaría del pedestal a Vegas, un pedestal que él mismo puso en su mente.

Pero más importante, estaría compartiendo tiempo junto a él.

Una punzada en su pecho se instaló al ver cómo la sonrisa de Vegas desaparecía al darse cuenta que Porsche no estaba solo. ¿Por qué dolió verlo sin ánimo?

Pete ignoró esa sensación melancólica, y decidió prestar atención a cada detalle qué Vegas hacia, pues Kinn le había pedido un análisis detallado de sus acciones. Pete cómo fiel guardaespaldas lo haría.

Curiosidad, eso nació en el pecho de Pete al notar pequeños detalles en la vida de su presa, Vegas no era un hombre cualquiera. Tan confuso y atrayente, limpio y aura oscura, sanguinario pero delicado en sus actos. Pete no tuvo miedo, no se escandalizó por la forma de tortura que el sujeto de su interés aplicaba.

Era tan fascinante.

Y el deseo incrementó.

Tiempo más tarde ocurrió algo qué marcaría un antes y un después ante el abismo del primogénito de la segunda familia y él.

Ingresaría a la casa de Vegas para demostrar la inocencia de Porsche.

¿Error o acierto?

Descubierto, y torturado. Esas fueron las consecuencias. A la merced de ese monstruo, en las manos de su objeto de curiosidad.

Entonces Pete lo supo, ambos estaban rotos. Vegas a espera de qué alguien tomará los pedazos de su corazón para volver a construirlo, y Pete estaba dispuesto a dar el pedazo que quedaba del suyo para formar uno solo.

Porque en el momento que regresó a Vegas, aún cuándo éste le dio el pase a la libertad, lo supo. Y se maldijo por eso, pero a la vez su vida tomó sentido, su existencia no era nula en ese mundo.

Pete se enamoró, y se sentía tan correcto.

Y ese anhelo de estar en los brazos de Vegas, sentir que era deseado por el mismo, las caricias tan rudas, pero a la vez tan sutiles y precisas, los jadeos demostrando que ambos disfrutaban el acto. Era un elixir.

Porque sin saberlo, Pete no sólo entregó su cuerpo, también su corazón y alma, en una bandeja de plata.

Sólo para Vegas.

Pero no todo dura para siempre.

La vida qué inconscientemente empezó a idealizar junto a Vegas se destruyó cuándo lo llamó "mascota"

༒ ℂ𝕚𝕟𝕒𝕣𝕖 ༒ VegasPeteWhere stories live. Discover now