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No tenía planeada una visita a la casa de la primera familia, sin embargo, sus hombres le informaron sobre una situación qué debía ser tratada de inmediato. Ingresó al sitio cerca de las diez de la mañana, dirigiéndose directamente al lugar de las reuniones, esperó por su primo durante unos veinte minutos, cuándo éste llegó le informó el motivo de su estadía.

Tardaron alrededor de dos horas, pues debían tomar varias decisiones qué no les afectará mucho, y sí era posible, dónde ganarán en totalidad.

Kinn salió de la sala, despidiéndose de Vegas, alegando que habían demorado  y debía tratar un asunto importante. Vegas dejó qué se adelantará, no planeaba darle alcance, sin embargo, una llamada lo hizo salir poco después.

Un contacto avisó que en pocas horas un gran cargamento llegaría desde Australia. Esa mercancía la esperaban desde hace dos meses, era demasiado importante, por lo cuál debía dar aviso inmediato a su primo.
Elegirían qué hombres de confianza la harían de escolta en esa pequeña pero peligrosa misión.

Mientras caminaba, escuchó el gran alboroto de Tankhun, al cuál no le presto atención, era normal escucharlo decir cosas sin sentido.

Cuándo dio alcance a Kinn, habló sin prestar mucha atención a los presentes en el lugar.

—Kinn, la mercancía de Australia llega a las tres. —las palabras salieron sin problemas. Pues aún no se había percatado de la situación.

Dio un vistazo rápido, una chica, Kinn cargando a un niño, Chay, Porsche y Tay sentados, Arm y Pol detrás de su primo Khun, éste último abrazaba con desesperación a Pete. Mientras Pete estaba intentado respirar por el fuerte recibimiento de su antiguo jefe.

Pete.

No, debía ser una jodida broma de su cerebro. Pete. ¿De verdad Pete estaba en el mismo sitio qué él? ¿Había vuelto? ¿Después de tres años?

Buscó rápidamente sus ojos, los cuáles parecían buscar los suyos. Y se encontraron. Su mundo se detuvo, era él.

Pete, el amor de su vida estaba a tan pocos metros de distancia. Quería abrazarlo, besarlo, tocar sus delicadas mejillas, besar su frente y decirle que lo amaba, qué aún lo ama. ¿Podría?

Contarle todo lo qué ha ocurrido, no pediría explicaciones, porque entendía qué todos tienen motivos para actuar, su corazón estaba dispuesto a olvidar aquella decepción cuándo despertó del coma y no lo vio.

Siempre se preguntó cómo reaccionaría cuándo viera nuevamente a Pete, cuándo lo tuviera a tan poco espacio. Pensó qué quizás se molestaría y lo dejaría de lado.

Pero en ese momento, sólo deseaba tenerlo entre sus brazos, no importa sí lloraba y todos los presentes le tachaban de débil, simplemente está enamorado y desea expresarlo al, aún, dueño de su corazón.

Pete.— susurró para sí mismo.

Vegas. Leyó en los labios de su amor. No estaba loco, realmente Pete lo dijo en voz baja.

Aún había oportunidad, el destino les daba la mano, la vida sonreía.

Dos corazones latiendo al mismo tiempo, dos almas destinadas a ser una.

—Oh, Vegas, ya terminaste la reunión con Kinn, vayamos a comer tal y cómo acordamos ayer. —un joven de cabellos platinados rompió la burbuja que Pete y él crearon. Vegas no supo en qué momento Tay se puso a su lado.

Entonces los ojos de Pete se desviaron a algún otro lugar de la habitación, parecían tristes, cómo sí pidiera un abrazo, quería consuelo. Vegas sólo quería arrullarlo, besar sus labios.

༒ ℂ𝕚𝕟𝕒𝕣𝕖 ༒ VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora