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Era gracioso ver a su hermano revisar su reflejo una y otra vez en el espejo, llevaba al menos dos horas así. Vegas estaba nervioso lo sabía, no conocía la razón pero ese sujeto no era la persona que conocía.

—Ya te cambiaste más de veinte veces y has vuelto a las primeras prendas qué te pusiste. Puedes decirme a dónde vamos, para arreglarme mejor qué tú. —Macao interrumpió a Vegas, quería saber la razón de los nervios de su hermano.

—Tengo una reunión importante, y no puedes venir, quizás para la próxima. —explicó el mayor, aún viéndose en el espejo. ¿Quita un botón más o lo deja así? ¿Pete se sentirá incómodo sí muestra el pecho? ¿Le gustara cómo se ha vestido para la cita? ¡Ni siquiera es una cita! Sé regaña mentalmente. Sinag lo invitó a pasear, no Pete.

Eso era absurdo, estar nervioso por una simple salida con un niño y el padre de éste. ¿A quién quería engañar? NO ERA UNA SIMPLE SALIDA A UN PARQUE. Quería llorar de emoción.

Después de tres años nuevamente estaba con Pete, y ahora los acompañaría su hijo. Entendió perfectamente lo qué Pete quiso decir aquella tarde "nuestro pequeño" se refería a ambos, Pete y él, padres de Sinag. Leyó los ojos de Pete, comprendió la verdad y también el miedo ante ésta.

Esa noche mientras regresaban a la casa de la primer familia, Pete contaba con orgullo las cualidades de Sinag. Vegas simplemente escuchaba atento, y de vez en cuando miraba a Pete. Hermoso cómo siempre.

—¿Saldrás con Tay? —cuestiona Macao. Era consciente de las salidas de su hermano y el amigo de Kinn. —No, no es Tay. Con él no te arreglas de esa manera, ¿quizás una conquista? —se contesta él mismo.

—Digamos qué es una persona importante, bueno, realmente son dos. —Vegas sonrió a su hermano, nuevamente volvió la vista al espejo. —¿Crees que rentar un hipódromo es poco para una salida casual? —Pregunta.

El rostro del más joven expresa sorpresa. ¿Un hipódromo? ¿Salida casual? Esa persona, o personas, deberían ser demasiado importantes para Vegas. Con Tay solamente iba a restaurantes qué el mismo rubio reservaba.

—No creo que sea poco, tal vez es demasiado. —dijo un tanto inseguro. Solamente a él le había dado un regalo de ese tipo, a nadie más. —¿Me dirás quién es o tendré qué averiguar? —tenía curiosidad y también quería ir al hipódromo.

—Sólo te diré qué lo aprecias mucho. —dicho eso, Vegas salió de su habitación con rumbo a la salida de la casa. Los guardaespaldas de confianza lo acompañarían hasta la casa de Kinn, después partirían junto a Pete y Sinag a su destino.

Las manos le temblaban, el corazón latía desenfrenado. Estaba feliz.

☆ ° 。ㅤ → ༄ ‧₊˚

El pequeño niño iba de la mano con su papá, caminaban rumbo a la puerta principal de la casa. Tenía una sonrisa enorme en su rostro, saldría de esa casa durante unas horas.

—Oye papá, ¿cómo se llama ese hombre con el que vamos a salir? —cuestiona. Apenas se daba cuenta qué había invitado a ese sujeto a una salida especial sin saber su nombre. Qué barbaridad.

—Oh, él se llama... —Pete se sorprendió por la pregunta de su hijo. Pero revisando los archivos de su memoria era cierto, Sinag no conocía el nombre de Vegas, y menos sabía el parentesco que tenían.

—Hola Pete. ¿Saldrás? —una voz interrumpió al mencionado antes de que dijera el nombre de Vegas.

—Señorito Tay. —Pete intenta disimular una sonrisa. ¿Qué hacía en la casa de Kinn? ¿No tenía otro lugar a dónde ir?

༒ ℂ𝕚𝕟𝕒𝕣𝕖 ༒ VegasPeteWhere stories live. Discover now