CAPÍTULO 4

1.6K 173 20
                                    

Gongju resultó ser un pintoresco pueblo rodeado de cerros y lomas. Y no tan pequeño como había creído Taehyung que sería.

Las calles eran amplias, bien cuidadas y limpias. Los parquecitos que serpenteaban el río estaban bordeados de caminitos, llenos de flores y césped bien cortado. La mayoría de las viviendas eran tipo hanok, pero en perfecto equilibrio entre lo moderno y lo antiguo, dándole al lugar un aura de pueblo en auge.

Tae iba admirándolo todo cuando el pelinegro habló, al mismo tiempo que le señalaba donde estacionarse.

_ Es aquí. Ese de ahí es el hotel. El amarillo lleno de lámparas._ señaló indicando un edificio de tres plantas. No se veía lujoso pero sí lindo, limpio y acogedor.

El castaño bajaba su maleta cuando justo se topó con unas señoras que volvían de las compras cargadas de verduras. Ambas miraron a Taehyung de pies a cabeza sin intentar siquiera disimular cierto disgusto ante las piernas desnudas del castaño. Este se miró a sí mismo sin comprender qué tenía de malo.

Se había vestido con unos shorts cafés que no eran muy cortos, un tanto ajustados en las caderas tal vez, pero tampoco demasiado. Una blusa oversize rosa con un encantador diseño de hojas y pequeños botoncitos pelados. Calzaba unas alpargatas Paez con estampado de rayitas rosas y blancas. Y, complementando el outfit, un bonito collar de turquesas.

_ "No tengo nada malo."_ pensó haciendo un adorable pucherito.

Al pelinegro tampoco le pasaron desapercibidas las miradas indiscretas de las mujeres ni la carita apenada del castaño.

_ No te preocupes por ellas, hyung. El pueblo es tranquilo. Aunque la gente es muy conservadora y les gusta criticar, ¿sabes?. Pero estarás bien.

_ Um, creo que pensaré mejor mis outfits a partir de ahora._ dijo el castaño un tanto cohibido.

_ No les hagas caso. Tú vístete como sueles hacerlo. En todo caso el problema es de ellos.

_ Es cierto. Pero de todos modos pondré más cuidado. _ agregó con una tenue sonrisa.

_ Bueno, creo que es mejor que ya me marche.

_ Bien, entonces... gracias por acompañarme. Y espero que todo se solucione._ le deseó Taehyung.

_ Créeme, no tiene solución.

_ Si no tiene solución, ¿qué sentido tiene preocuparse tanto?.

_ No es tan fácil, hyung. _ le respondió el muchacho

Seguramente tenía razón. Al fin de cuentas, Tae no sabía cuál era el problema ni que tan grave.

_ ¿Sabes qué es fácil? Que te olvides de los honoríficos. Que me llames hyung me hace sentir un anciano.

Taehyung sonrió con dulzura y se giró para entrar.

_ Espera, hyu...! Perdón. Espera._ se corrigió el pelinegro.

_ ¡Ahora sí! Rejuvenecí como mil años _ dijo Tae riéndo.

Para su sorpresa, esta vez el jóven pelinegro también sonrió. Y era una hermosa sonrisa, aún bastante tímida, pero hermosa.

_ Quiero disculparme por la situación que tuviste que vivir por mi culpa. En verdad lo siento. Además comprendo que no solo salvaste mi vida, tampoco quisiste dejarme solo allá.

_ Cualquiera lo habría hecho, no debes disculparte._ dijo Tae.

_ No, no cualquiera. Muchos pasaron por ahí y siguieron de largo. Tal vez no tuvieron tu sensibilidad para captar mi situación, o tal vez, la gente de este pueblo suele ser muy dada a juzgar y señalar la conducta ajena. Pero, fuiste tú quien pasó por ahí. Quizás fue el destino quien te llevó al puente en el momento justo. Te lo agradezco, te lo agradeceré siempre, y puedes estar tranquilo, no volveré a intentarlo. Recibí la señal. Gracias.

ENTRE VIÑAS Y CEREZOS 1Onde histórias criam vida. Descubra agora