Capítulo 19

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¿Qué sigue cuando alguien te dijo 'te quiero' y tú le respondiste 'yo también'?

Pues, sigue sexo.

Jungkook alzó a Tae por los muslos y lo tumbó en el hermoso sillón color vino tinto. En menos de un segundo lo tenía desnudo, con las largas piernas abiertas y gimiendo mientras él lo dilataba. El castaño se mordía los labios y entrecerraba los ojos aturdido, gozando el vaivén de los dedos del pelinegro. Cada minuto sabía a gloria.

_ Sí, Kookie, así. _ todo su interior quemaba con ansias de más _ Mmm... me gusta como lo haces.

_ Me muero por estar en ti, bebé _ Jungkook lamió sus pezones.

_ Entonces, hazlo. _ también lo necesitaba con urgencia

_ ¿Estás seguro, Tae?. No quiero lastimarte.

_ Voy a estar bien. Por favor, hazlo ahora.

_ Creo que debería ir por lubricante, amor.

_ No, Kookie, no quiero esperar. _ Tae se enderezó, tomó el erecto miembro de Jungkook con su mano y comenzó a lamerlo, provocándole un mareo de éxtasis y la contracción de los músculos de su estómago. Su lengua caliente se deslizaba a lo largo y se enrollaba en el prepucio con lasciva delicadeza, lubricándolo generosamente con su saliva.

_ Se a-acabó _ la voz del pelinegro tembló por la anticipación al tomar la cadera de Tae _ Ven aquí, bebé.

Lo hizo arrodillar en el sillón dándole la espalda y apoyando las manos sobre el respaldo, dejando así su húmeda entrada exhibida y dispuesta para él.

_ No te imaginas cuanto me gusta verte así. Ese culo tuyo está acabando con mi cordura, amor. _ le dijo mientras se acariciaba el pene antes de alinearse y frotar su glande contra ese glorioso agujero, Taehyung irguió un poco más su redondo trasero.

Poco a poco se fue deslizando en el estrecho canal, conteniendo a duras penas las ganas de hundirse de un solo embiste. Moría por hacerlo, pero no quería causarle dolor. Prefería que Jimin lo castre antes que lastimar a Tae.
El castaño suspiraba profundamente mientras el generoso pene del azabache lo llenaba poco a poco. Quería sentirlo bien profundo, golpeando justo allí donde el dolor se volvía goce. El sexo ahora se había vuelto algo tan liberador que había mandado sus pudores fuera de su sistema. En manos de Jungkook su desnudes dejó de ser algo vergonzoso para hacerlo sentir sexy, deseado y poderoso.
Empujó las caderas hacia atrás y el pelinegro gruñó cuando alcanzó la tan apretada profundidad de Tae. Y el castaño no se conformó con eso, de inmediato comenzó a moverse mientras gemía por el ardor en sus paredes.

_ Bebé, despacio o te dolerá.

_ Mmm... _ negó con la cabeza mientras un quejido sordo escapó de sus labios _ Me gusta así. Muévete, por favor.

Jungkook tomó los perfectos glúteos de Taehyung y, separándolos para darse más espacio, comenzó a embestir despacio.

_ Más. Hazlo m-más fuerte _ el castaño se agachó un poco más y lanzó un grito al sentir su próstata ser golpeada.

Un minuto, dos, diez, quince, una eternidad de gemidos, sudor y latidos acelerados. Por momentos, el azabache lo acercaba para besar y morder su cuello, en otros lo alejaba para tener la privilegiada vista de su miembro enterrándose en la ajustada hendidura. Cada estocada era acompañada por los jadeos de sus bocas ante la maravillosa sensación de sus cuerpos golpeando una y otra vez.

_ Quiero verte, amor.

Jungkook salió del castaño robándole un quejido al sentir el vacío. Se sentó en el sillón mientras Taehyung se subía a horcajadas y tomaba su pene para volver a meterlo en su ardiente agujero.

ENTRE VIÑAS Y CEREZOS 1Where stories live. Discover now