Capítulo 11

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Taehyung dió un respingo al ver como Jungkook se le iba encima. Pero no previó que sería para besarlo.

Le fue imposible reaccionar, se quedó estático sintiendo como esos brazos fuertes lo acercaron con ímpetu para ceñirlo en un beso sorpresivo y desconcertante. El pelinegro, por su parte, no pudo frenar el impulso que le produjeron las palabras de Tae.

No soportó escuchar que se echara la culpa de todo. Quiso besarlo para demostrarle que no lo rechazaba, que no le daba asco. Que el problema eran los otros. Por eso lo besó. Y tampoco podía ser hipócrita, también lo hizo porque tenía muchas ganas de hacerlo.

Porque ya no podía negarse a sí mismo que ese hombre, en solo una maldita semana, había hecho volar por los aires toda su seguridad en lo que a sexualidad se refería. Hasta hace unos días se consideraba cien por ciento heterosexual. Años llorando y padeciendo por Yoo Bi, y ahora ahí estaba, comiéndole la boca a otro hombre como si fuese el mismo maná caído del cielo. Y para colmo de su sorpresa le estaba gustando, y mucho.

El castaño, que había abierto los ojos enormes por la sorpresa, los fue cerrando lentamente llevado por la tibieza que emanaba el cuerpo fuerte y firme del azabache. No supo en qué momento había empezado a responder, ni cuando había abierto la boca para recibir esa lengua que ahora recorría la suya, pero algo intrínseco lo tenía regalado a la voluntad del pelinegro. Tembló, le faltó el aire, y si no fuese porque el otro cortó el beso se habría derretido igual que el pobre Olaf.

Jungkook se apartó de su boca y juntó sus frentes. Levantó una de sus manos y acarició la mejilla aún húmeda de Taehyung.

_ Jamás, ¿me oyes?, jamás vuelvas a decir que es tu culpa. Tienes derecho a ser tú mismo, a vestirte como te gusta. Nadie tiene el derecho de faltarte el respeto, TaeTae.

_ ¿Por qué? _ susurró el castaño.

_ Porque nadie merece que...

_ No... _ interrumpió Tae, con su frente aún pegada a la de Jungkook _ ¿Por qué me besaste?.

_ Porque no voy a dejar que pienses que puedes darle asco ni a mi ni a nadie. Y porque tenía muchas ganas de hacerlo._ confesó el pelinegro.

_Creí que eras heterosexual.

_ Mm... sí, yo también. _ dijo Jungkook riendo con ironía, y tomándolo de la mano agregó _ En realidad, fue solo un beso, TaeTae. Ya no pienses más y pidamos el desayuno.

Estaban en la sala comiendo mochis, y cómo si eso fuese premonitorio, el móvil del castaño sonó avisando que había entrado un mensaje.

Era de Jimin.

"TaeTae, sé que estás enojado, pero hace cuatro días que no me llamas ni me mandas mensaje. Solo quiero saber si estás bien. Aunque sea comparte alguna foto en tus estados. Te extraño.

PD: El cactus que estaba en la sala se secó. Perdón"

Taehyung negó lento con la cabeza. Solo a su Chimchim se le puede secar un cactus.

Extrañaba a su soulmate. Quería llamarlo y contarle todo, incluso lo del beso, pero sabía que si lo hacía se llevaría una gran reprimenda. Le diría que Jungkook es un aprovechado, que se aleje de él inmediatamente. No habría manera de hacerle entender que no era así, que solo había sido un beso para hacerlo sentir bien, para consolarlo. Solo eso.

_"¿Qué más podría ser?._ pensó_ Debo haberme visto muy patético para que Jungkook sintiera tanta lástima como para besarme. No sé cómo podré seguir viéndolo a la cara desde ahora".

Disimuladamente miró al pelinegro que miraba atentamente algo en su móvil.

_ Um ... ¿Jungkook?.

_ ¿Si?_ preguntó el azabache levantando la cabeza para mirarlo.

ENTRE VIÑAS Y CEREZOS 1Место, где живут истории. Откройте их для себя