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—¿Por qué no me dices a dónde vamos? —Vuelvo a repetir, creo que por quinta vez.

—Ya te dije que es un lugar muy especial —bufa—. Adelante, sigue con tus preguntas.

La mano de Sunghoon está detenida en mi muslo desde que el viaje inició hace casi una hora, y realmente espero que nunca la aparte de allí. Él sigue vistiendo su traje negro y costoso, pero la corbata ha desaparecido por completo, ya que la arrojó al asiento trasero. Estamos completamente solos en alguna parte del bosque y, a pesar de que el sendero se vuelve un poco siniestro de vez en cuando, el hombre que conduce el ostentoso Audi parece estar muy seguro de dónde se encuentra exactamente.

—Está bien —alargo, y mi expresión se torna pensativa—. Uhm... ¿Cuál fue el momento más vergonzoso que tuviste en público?

—Bueno, me he caído un par de veces en eventos.

—¿Eso te parece algo malo? —Lo miro—. Yo me caigo todo el tiempo.

A Sunghoon se le escapa una risa y noto que se muerde el labio ligeramente.

—Siguiente pregunta, joven Kim.

—Bien, veamos... ¿Alguna vez pensaste en renunciar a esta vida carente de privacidad que llevas?

—¿Te refieres a alejarme de la moda? —Pregunta, y asiento con la cabeza—. Sinceramente, no. Amo y disfruto lo que hago —él hace una breve pausa—. Pero he estado pensando en, ya sabes, disminuir un poco la cantidad de proyectos y trabajos que tengo por delante. Cuando el bebé nazca, solo quiero enfocarme en él o ella.

—Eso es adorable.

—Lo sé, soy encantador. —Una mueca altanera se pasea por sus labios.

—Continúo —digo, rodando los ojos nuevamente—. ¿Qué piensas realmente del increíble, maravilloso y sensacional Byun Minwoo?

Sunghoon se ríe por la mirada tan ávida que le ofrezco, debido a que la respuesta a esa pregunta me genera genuino interés.

—Siempre me he llevado bien con él... Nunca me dio mala espina —sus hombros se contraen en un gesto fresco—. Sé, sin embargo, que él es muy poderoso y que todo el mundo debería preferir tenerlo de amigo, antes que tenerlo como enemigo.

—¿Nunca te dio mala espina? —Repito, porque aquello me resulta poco creíble.

—Él no. Dawon sí.

—¿Quién es ella?

—La madre de sushi —dice, y noto que empieza a mover la cabeza en una negativa—. Esa mujer es... Joder, es la rencarnación de Leviatán. No sabes cuántas veces quise contestar a todas las mierdas que decía sobre las personas homosexuales, ¡mientras cenábamos! Por favor, no había manera de frenarla.

—Debe de haber sido muy duro para ti y Daejin-ssi.

—Lo fue... Todavía lo es —puntualiza—. Pero creo que ya me he acostumbrado. Cada vez que empieza a hablar mal de algo, simplemente reproduzco música de ascensor en mi mente.

—Ese es mi papi —digo, haciendo uso de un tono bajito y dulce.

Los ojos de Sunghoon rápidamente se posan en mí, pero termina carcajeando.

—Qué gracioso eres —me murmura con indudable sarcasmo—. De todas formas, he estado pensando mucho en todo esto y no puedo evitar pensar que ella tiene algo que ver en lo que está sucediendo...

—¿Por qué lo dices?

—Hace menos de un año nos enteramos que Dawon sufre de Lupus eritematoso sistémico. —Hace una pausa dudosa—. Realmente nunca me molesté en investigar al respecto, todo lo que sé es que es una enfermedad grave y está algo avanzado, y por eso ya no desea recibir a nadie en su casa, ni siquiera a Daejin. Supuestamente se alegró con la noticia del bebé, pero no puede importarme menos —se encoge de hombros y, sí, en definitiva, no le interesa en absoluto.

TENDENCIA + TORPEZA [Sungsun]Where stories live. Discover now