39

2K 276 201
                                    










Sunghoon está extremadamente feliz hoy. Y así debería ser siempre.

Cuando regresó de cumplir con sus reuniones y encuentros pactados, salimos a caminar juntos. No teníamos mucho tiempo ya que él debía alistarse para poder irnos al desfile de Prada, pero puedo hablar por ambos al decir que disfrutamos mucho de la salida. No hubo manos entrelazadas, ni besos robados, ni miradas cómplices. Solo charla. Y fueron minutos mágicos.

Y una vez que volvimos al hotel casi a las siete de la tarde, Sunghoon tomó su ordenador portátil y lo perdí por completo.

Se obsesionó con Among Us luego de que se lo enseñé aquella semana que recibí la paliza. Desde entonces, cada momento libre que mi novio dispone, lo aprovecha jugando. Por más de que apesta como impostor, se divierte muchísimo cuando juega en línea y eso me encanta. Es algo hermoso de ver.

Él continúa con el bendito juego y yo estoy detrás de él, dándole un masaje y espiando su partida actual, donde es un tripulante.

—¡Hijo de puta! —Exclama y da un ligero brinco cuando el impostor lo atrapa—. ¡Lo sabía y nadie me escuchó!

Tengo que morderme el labio para no carcajear sobre su oído. Sunghoon odia perder.

—Tienes autorización para decir mi palabra —le concedo.

—¡Carajo! —Grita, mientras comienza a hacer, de muy mala gana, sus tareas como fantasma rojizo—. ¡Carajo, carajo, carajo!

Una risita se me escapa y planto mis labios sobre la parte posterior de su cálido cuello, antes de seguir con mi tarea. Él sigue refunfuñando y quejándose de los demás tripulantes por ser un grupo de ineptos.

—¿Recuerdas al hombre que pasó a saludarme por mi asiento? —Su pregunta me toma por sorpresa, ya que él no suele hablar cuando está en medio de una tensa partida—. Estaba en primera clase, también.

—Sí, ¿qué pasa con él?

—Parece que tu club de fans está creciendo. —Contesta con despreocupación y eso me consterna un poco.

—¿De qué hablas? —Mi ceño se frunce.

—Ese era mi colega Dante Raggetti, la mano derecha de Armani —puntualiza—. Y cuando estaba regresando al hotel me envió un mensaje diciendo que no puede olvidarse de tu rostro.

—¿Qué? —El asombro se apodera de mi semblante y mis ojos se abren como si fuesen dos platos—. No, no, no, eso no. Tengo novio.

—No de esa forma, nene tonto —se ríe, apartando la vista de la pantalla durante un segundo para mirarme por encima de su hombro. Con una paciencia que me inquieta, se toma su tiempo antes de proseguir—: Te quiere para una sesión de fotos para Armani. Dijo que lo comentará con Giorgio.

A su declaración, le sigue un silencio confuso que Sunghoon no se molesta en interrumpir, pues está muy centrado en su juego.

—Tienes que estar bromeando —pronuncio, manteniendo la mirada fija en su persona.

Él no se inmuta, simplemente se encoge de hombros.

—Te he mencionado varias veces que todos pagarían por tu cara, vida.

—Oh —murmuro muy bajito, pasados unos instantes.

Hace una pausa y, con lentitud, se voltea para analizarme. Hay una pizca de confusión en su bella expresión y se relame los labios antes de decir:

—¿Solo... "oh"?

Suspiro hondamente y me acerco para poder apoyar mi barbilla en su hombro derecho. Ahora mismo no me siento capaz de pensar mucho sobre el tema, pero no puedo pasar por alto el entusiasmo de Sunghoon con respecto a la posibilidad de que yo ponga un pie dentro del mundo del modelaje.

TENDENCIA + TORPEZA [Sungsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora