Capítulo 8

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Chaeyoung mantuvo la mirada en ella, la mujer se le hacía familiar, sabía que la había visto, pero no recordaba donde.

Mina bajó de su auto y caminó naturalmente a ella, se detuvo delante y la observó al detalle un momento, rebuscó en su bolsillo y la mirada curiosa de Chaeyoung seguía su acción.

La rubia mostró una tarjeta.

_¿Eres Son Chaeyoung? - preguntó Mina.

_Sí...- observó la tarjeta - esa tarjeta es mía, de mi taller, ¿por qué? - preguntó dudosa - ¿tiene algún reclamo?

_No - volvió a guardar la tarjeta - solo vine...a agradecerte.

_¿De qué? - se notaba confundida.

_¿Por lo el otro día? - preguntó incrédula, pero Chaeyoung seguía viéndose confundida - ¿no me recuerda?

_Lo siento, pero no.

_Pero...no hace solo dos días que me ayudó con mi auto - señaló - se había quedado varado en plena autopista.

Chaeyoung comenzaba a recordar.

_Ah, es verdad - asintió - pero usted ya me pagó.

_Sí, pero...no creo que sea suficiente, gracias a usted llegué a tiempo a una importante reunión de invercionistas.

_Y...- quería que siguiera.

_Que si no hubiera llegado, la empresa de mis padres hubiera perdido millones en dinero.

_Mmm, pues que bueno que no pasó, ¿verdad? - alzó los hombros - me alegro que le haya ido bien pero como verá...- señaló el capó abierto de un viejo auto - estoy trabajando, no necesito más agradecimiento, con lo que me dio me es suficiente.

_Sí, pero...con lo que le di no me es suficiente con lo que hubieramos perdido.

_¿Qué es lo que tiene en mente? - volvió a ponerse la careta y se encorvó para seguir trabajando.

_Pensé que...no sería mala idea invitarla a comer.

Chaeyoung volvió a enderezarse.

_¿perdón?

_Sí, como una muestra de agradecimiento, llevarla a uno de los mejores retaurantes de Corea.

Chaeyoung se levantó la careta y sonrió por un momento bajando la mirada, negando, era increíble que no podía estar ni un solo día recibiendo invitaciones de sus clientes.

_Lo siento - la miró - pero no puedo aceptar.

La sonrisa de Mina se esfumó.

_Pero...¿por qué no? - preguntó extrañada, era la primera vez en su vida que la rechazaban una invitación.

_No hay un porqué, simplemente no lo deseo - respondió de la manera más amable que pudo - mi trabajo es arreglar autos, no estoy interesada en salir con mis clientes.

_Pero...- estaba muy confundida - ¿por qué? - volvía a preguntar más incrédula.

_Lo siento, mire, si no tiene algo más que decirme, tengo que seguir, ¿tiene algún daño su auto?

Hubo un leve silencio.

_Eh...- estaba sin palabras - no...- veía confundida a la pelinegra, ella solo asintió y volvía a ponerse la careta para seguir soldando.

Mina, aun sin poder creerlo, giró sobre sus talones y caminó a su auto. Subió a él y se cerró la puerta, quedándose solo allí, con la mirada perdida.

𝙻𝚘𝚟𝚎𝚜𝚒𝚌𝚔 𝙶𝚒𝚛𝚕𝚜 𖤩 𝗦𝗮𝗧𝘇𝘂Where stories live. Discover now