Capítulo 22

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El pequeño Daniel llegaba nuevamente a la casa Minatozaki por órdenes de su padre, la razón era la misma, caerle bien al señor Minatozaki.

Ingresó a la sala después de saludar a la ama de llaves cuando su pequeño rostro recibió un pelotazo de la nada.

_¡Quitese! - regañó Jihyo al llegar frente a él - ¡¿No ve que el balón está cruzando?! - tomó la pelota del piso y salió de la casa enojada, todos se metían en su camino y no la dejaban jugar.

El niño observó a la ama de llaves con duda, su nariz estaba roja.

_¿Ella quien es?

_Es la hermana de la jardinera, estará de huésped aquí por un tiempo. Lamento por lo que sucedió, ella es así, tan...- no sabía cómo decirlo - tosca.

_Echenla - ordenó con los ceños fruncidos - ni quisiera pidió disc-

Nuevamente el balón le rebotó en la cabeza.

_¿A quien quieres echar tú? - Jihyo volvía a acercarse - ¿A ver votame? - se cruzó de brazos - y no seas chillón, la pelona no duele.

_¿La pelona?

_La pelota - corrigió.

El pequeño la miraba con enojo.

_Si te hubiera caído a ti no dirías lo mismo - le volteó la cara, ofendido.

_Ajá - Jihyo recogió la pelota - ten - se lo ofreció y el pequeño la observó extrañado - tirame la pelota, para que no estés chillando.

_No soy un salvaje - se cruzó de brazos - a mí me enseñaron modales y respeto.

Jihyo entrecerró los ojos.

_¿Estás diciendo que a mí no?

_Pues no escucho tus disculpas por el pelotazo, mira tú quien no es educada - volvió a voltearle la cara.

Jihyo apretó el balón.

_Mira - dejó la pelota en el suelo y se acercó a él lentamente, poniendo su brazo en sus hombros con confianza para poder hablar - está bonito tu trajecito - señaló su moño - y estás bien peinado, que elegante - Daniel asintió orgulloso - pero tienes que saber una cosa.

_¿Qué? - la miró.

_¡Que eso no te hace educado! - lo atrapó de su cuello para raspar su puño sobre su cabeza - ¡Piojo!

_¡Aaaaaa! - el niño trataba de huir.

_¡Señorita! - la ama de llaves intentaba separarlos - ¡Suéltelo!

[...]

_¡Suéltame! - Tzuyu volvía a tener a Sana sobre su hombro - ¡Tzuyu! ¡Te ordeno que me bajes!

_No puedes ir por allí pegando a quien no te pague - la pelinegra estaba molesta, no puede ser posible que las hayan echado del trabajo por ser unas "agresivas" - ahora tenemos que ir a otro trabajo.

_¡Ah, pues perdón por darles su merecido! ¡No querían pagar!

_¿Y por eso debes gritarle a nuestro jefe? En serio, lo llamaste piojo gordo, se ofendió mucho.

_Porque lo es, ¡Y ahora bájame! - comenzó a morder su espalda.

_Bien - la dejó en el suelo, igual ya habían llegado a su bicicleta - sube, tenemos que llegar y cambiarnos.

_No quiero - Tzuyu giró a verla y Sana le estaba dando la espalda, tenía los brazos cruzados.

_Sana.

_Dije que no, ya bastante tuve que rebajarme - tenía la cabeza en alto - además me duelen las piernas - comentó por lo bajo, sentía que sus muslos iban a reventar.

𝙻𝚘𝚟𝚎𝚜𝚒𝚌𝚔 𝙶𝚒𝚛𝚕𝚜 𖤩 𝗦𝗮𝗧𝘇𝘂Where stories live. Discover now