-Nabiki-

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6.

—Nabiki—

—¡Eh! ¡Eh, tú! ¡Despierta!

Ranma no oyó la voz que le hablaba hasta que el golpe en la espalda no le despertó. Abrió los ojos con pesadez, sin sentir realmente dolor, solo el zarandeo de su propio cuerpo y lo primero que vio frente así fue la fila de cerditos de peluche que le miraban directamente.

Ni siquiera supo dónde se encontraba.

—¡Eh, tú!

Ranma parpadeó y se dio la vuelta sobre el colchón. Se había quedado dormido sobre la cama de Akane y por lo agotado y desorientado que estaba no debió ser un sueño muy largo. Desvió los ojos a la ventana para asegurarse y verificó que aún era de noche.

Entonces giró la cabeza un poco más y se encontró con una persona que no conocía. De pie, junto a la cama y todavía con la pierna en alto como si se dispusiera a darle un nuevo golpe.

¿Quién diablos es? Se peguntó su cerebro. El hecho de no haberla visto nunca fue la única razón por la que no se sintió avergonzado porque le hubiera encontrado allí durmiendo.

Se trataba de una joven que sería, más o menos, de su misma edad. De cabellos lacios, castaños y peinados de forma recta por encima de sus hombros. Tenía los ojos también castaños aunque más oscuros y afilados, su expresión le resultó astuta.

El chico guardó silencio y ella se inclinó un poco sobre él.

—Bueno... ¿se puede saber quién eres y qué haces durmiendo en la cama de mi hermana muerta?

¿Hermana?

Ranma se incorporó de golpe.

—Tú eres... la otra hermana de Akane —adivinó él, frotándose los ojos a toda velocidad. Así que sí era una Tendo; eso le puso un poco nervioso.

—Soy Nabiki —Se presentó la chica. Se echó hacia atrás y apoyó las manos en su cadera—. Y sí... Akane era mi hermana.

>>. ¿Y tú quién eres?

—Yo soy Ranma Saotome —respondió—. Yo era...

—¿Ranma?... ¡Ah! Mi futuro cuñadito... Bueno, ex cuñadito ahora.

La chica esbozó una sonrisa y retrocedió para sentarse en la silla que había junto al escritorio. Desde allí le observó con atención, Ranma sintió sus ojos escrutadores como frías dagas recorrerle de arriba abajo; casi pudo ver cómo los engranajes de su cerebro se retorcían hasta formar una idea de él.

Le hizo sentir incómodo.

—Hoy he estado en casa de una amiga todo el día, así que me he perdido las presentaciones —habló la joven después—. Y hace años tampoco estaba aquí cuando viniste a conocer a Akane. Pero después de aquello se habló mucho de ti y de lo que pasaría cuando volvieras para casarte con mi hermanita y te hicieras cargo de este lugar —Se echó hacia atrás reclinándose en el respaldo y parloteó sin mostrar ninguna emoción en sus gestos o en su voz. Finalmente se encogió de hombros y soltó—; supongo que nada de eso pasará ya.

Le miró entonces como si esperara alguna respuesta por su parte pero Ranma se había quedado mudo. En todos esos años nunca había pensado ni una vez en la hermana ausente de Akane, por supuesto no se había molestado tampoco en imaginar cómo sería pero de haberlo hecho jamás se habría acercado a la verdad.

Vivir Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora