-Confesión-

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Nota: Hemos llegado al capítulo final de esta larga historia, espero que hayais disfrutado y haya servido para entreteneros. Lo he dicho muchas veces: aspiro a que mis historias sirvan para animar a mis lectores tanto en los buenos momentos, como en aquellos en los que necesiten un lugar donde refugiarse. Gracias a todos y a todas las que habéis leído, votado, comentado y me habéis acompañado a lo largo de 165 páginas de fic, jeje. Ya tenéis disponible el último capítulo, sin esperas, una sorpresita para vosotros y vosotras para celebrar que hoy es mi cumpleaños ;-) ¡Un besazo para todos!

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3.

—Ambos con 16 años: confesión—

Akane salió del baño frotándose el ojo izquierdo con el puño.

Apenas si distinguía alguna que otra forma en la oscuridad del pasillo, pero echó a andar igual, guiándose únicamente por el resplandor que escapaba de la puerta entreabierta de su habitación. Aún no se había calmado del todo, sollozaba en voz baja mientras todo lo demás estaba en silencio.

No quería que nadie la viera en ese estado pero por suerte su padre y Kasumi llevaban un buen rato dormidos y Nabiki no saldría de su cuarto solo porque la oyera deambular por la casa a esas horas. No quería que la preguntaran, aunque sospechaba que nadie lo haría; darían por hecho que sus lágrimas eran a causa de Ranma y la pelea que tuvieron delante de todos. Lo que sí harían sería volver a insistirla para que fuera ella la que se disculpara con el tonto de su prometido. Todos querían que el chico volviera a casa.

¡Pues no lo haré!

Lo cierto era que, aunque Akane hubiese estado tan desesperada porque Ranma volviera al dojo como para hacer algo así, no habría sabido como armar una disculpa decente. Ni siquiera estaba segura de sí podría perdonarle a él en caso de que intentara pedirla perdón.

Tonterías, pensó. Ha pasado una semana y el muy lerdo no ha intentado ni llamarme.

Aunque después de lo que le había dicho...

Akane admitía (para sí misma) que sus últimas palabras habían sido muy desafortunadas. Prácticamente había desterrado al chico de su vida prohibiéndole la entrada a su casa; era lógico que Ranma no se hubiera vuelto a acercar.

¡¿Qué más da?! ¡Es como si el compromiso se hubiera roto!

Akane volvió a gimotear y se paró un momento. Se rodeó el estómago con sus brazos y apretó con fuerza.

A estas alturas ya estará con Ukyo... o con Shampoo... Ya les habrá contado que nuestra relación está rota y esas dos estarán de lo más contentas.

¡Estoy segura!

Respiró hondo y se recompuso, aunque se sentía muy mal. Los ojos le escocían y la piel del rostro le tiraba, especialmente los pómulos y las mejillas. Quizás se había frotado con la toalla demasiado fuerte en su intento por borrar las lágrimas.

A veces el dolor se iba y sentía algo de alivio, y al segundo siguiente sentía un latigazo frío e intenso en lo más profundo de sí. En ese momento, lo sintió y su cuerpo tembló. Boqueó con los labios entreabiertos; cada vez que parpadeaba notaba lo hinchados que estaban sus ojos.

Vivir Sin TiWhere stories live. Discover now