XIII

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¡Hoy es el gran día!

Honestamente estaba muy emocionada por mi cita con Gavi, por lo visto si se esmeró en prepararla, según las cosas que me dijo Riqui.

Todas las mañanas estuve en la luna, si no hubiera sido por Tomas que me salvo en química ahora mismo estaría en la oficina de la coordinadora. El maestro me pregunto de alguna reacción química y fue Tomas quien la susurró en mi oído. Terminando la clase le agradecí infinitamente.

Ahora iba a dejar mis cosas al locker para irme a casa, después me arreglaría para mi magnífica cita con Gavi. Me despedí de Dani y Matteo que se iban, me dijeron que podían esperarme pero no era necesario, solo dejaba mis libros y me iba, fácil.

Eso decía yo hasta que me encontré con la chica pelirroja, Sofía, y su amiga. Estaban a un lado de mi locker como si me esperaran, pero sus falsas sonrisas no me engañaban.

—¿Se les perdió algo?— abrí espacio entre ellas para meter los libros al locker.

La chica castaña frunció el ceño molesta.

—Solo queremos hablar contigo amiga— Sofía enredo su dedo índice en un mechón de su cabello.

Me giré molesta cerrando mi locker detrás de mi. Se me hacía tarde por culpa de estas chicas y no pensaba perder más mi tiempo. Estaba dispuesta a irme cuando Sofía volvió a hablar.

—Bueno, en realidad queremos que nos invites a ir a un entrenamiento del Barcelona.

La vi algo confusa antes de comenzar a caminar a la puerta de salida.

—Pedri es tu amigo ¿cierto?— hablo esta vez la castaña.

Asentí con ellas a mis espaldas siguiéndome.

—Maria tiene un crush con Pedri y bueno a mi, tal vez, me guste Gavi— Confesó Sofia.

Me detuve en seco cuando estábamos ya casi en el estacionamiento —No lo conoces no te puede gustar.

¿Acaso esos son celos?

Maldita consciencia, pero no se equivoca.

—Podría conocerlo si tan solo una buena amiga nos invita algún entrenamiento que tengan— María sonrió cínica.

¿Desde cuando me llamaban amiga? Oh ya entiendo, es mera conveniencia.

—No lo creo— respondí indiferente.

—Espera, ya entiendo porqué no quieres invitarnos... te gusta Gavi o ¿será que te gusta Pedri?— ladeó su cabeza con una sonrisa de superioridad.

—Ella no te debe de dar explicaciones— esa voz que reconocía en cualquier lugar hizo que me estremeciera.

Giré comprobando que era Gavi, estaba en el auto de Pedri (?

Sofia y Maria parecían sorprendidas por tal aparición, no las culpo yo estaba igual de confundida.

Gavi me guiño el ojo haciéndome una seña con su cabeza para que subiera. Aún confundida le di vuelta al carro para subirme en el haciendo del copiloto.

Antes de que Gavi arrancará el auto Sofía se acercó rápidamente a la ventanilla para hablar.

—Le estaba diciendo a Cassandra que algún día podría irte a ver a uno de tus entrenamientos.

¿Quien se cree? Le habla como si lo conociera.

Volteo a verme con esos ojos verdes que lanzaban rayos laxer hacia mi, figuradamente.

—No quiero ser grosero, pero no gracias— Sin decir nada mas le hizo señas a la pelirroja para que se alejara del auto.

Comenzó a manejar lejos de ahí con su vista pegada en la calle, mientras yo lo veía embobada por su aparición. ¿Que hacía aquí? ¿Cómo es que sabe donde estudio?

En un impulso me incline para dejar un beso en su mejilla, estaba muy feliz de que llegó justo a tiempo, cuando ni se lo pedí.

Sonrió de lado en el momento que sintió mis labios en su mejilla, cuando me separé volteó a ver me con esa mirada coqueta que derretiría a cualquiera. Mantuve el contacto visual sintiendo como el corazón se me iba a salir de tan rápido que iba, tenía que controlar mis emociones cuando esté cerca de este niño.

—¿Y eso a qué se debe?—Volvió su mirada a la carretera cuando el semáforo dio verde.

—Gracias por salvarme.

—Siempre.— me regalo una amplia sonrisa aún con su mirada en la carretera —Pensé que sería buena idea pasar a buscarte para nuestra cita.— volvió a hablar después de unos segundos en silencio.

—Ni pienses que voy a ir con el ridículo uniforme de la escuela.

Además pienso que sería muy incómodo andar en flats y una falda que apretaba demasiado mi cintura.

—Supuse que dirías eso.

Me sorprendió que a pesar de que no tuviera permiso para conducir fuera muy bueno detrás del votante. Llegamos en aproximadamente 10 minutos a mi casa, cuando bajamos del auto tome su mano llevándolo hasta el living de mi casa. Ahí se encontraba un sonriente mocoso —mi hermano— jugando FIFA con una pizza en la mano.

—Mierda.— musitó cuando se dio cuenta que había perdido.

Abrí la boca sorprendida por la palabrita que había salido de su boca, camine con pasos firmes hasta el poniendo enfrente de la televisión tapando su vista.

—Cassandra María Guadalupe Reyes Enríquez muévete.— entrecerró sus ojos desafiándome.

Escuche como Gavi contenía la risa.

—No me llamo Guadalupe.— respondí cortante.

—Pero si lo demás.— respondió obvio —Puedes darme permiso de ver la televisión, por favor— hablo con más calma tratando de que no me enojara.

—Cuida tus palabras, la próxima tendrás una platica seria con nuestros padres— Trate de sonar lo más autoritaria que pude.

Si yo no lo controlaba sería un niño irrespetuoso.

—Lo siento.— agacho su cabeza.

—Te amo, lo sabes— asintió con una sonrisa tímida.

Voltee a ver a Gavi que permanecía espectador parado a un lado del sofá donde estaba mi hermano.

—Ahora vuelvo, prometo no tardar mucho.— alce mi meñique en forma de promesa y el hizo lo mismo enredándolos.

Subí las escaleras casi corriendo para no hacerlo esperar mucho, pues ya tenia lo que me pondría preparado, solo me iba a dar una rápida ducha por las tantas horas de escuela que tuve.

—Novio de mi hermana, juega conmigo— escuche a lo lejos que le dijo Félix a Gavi.

Sentí como la sangre subía hasta mis mejillas ardiendo. Ese niño me las pagaría.

—¡Félix!— chille molesta desde el barandal de las escaleras.

Como respuesta escuché risas desde el primer piso de Gavi y Félix.

Que insoportables.

Mi celular vibro y el mensaje que menos esperaba en estos momentos iluminó mi pantalla:

Diego: Hola, podemos hablar?

Mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal y no por emoción.

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Ya se merecían un capítulo largo.

Me reí mientras escribía la última parte. Verdaderamente el hermano de Cassie le da sabor al asunto.

Les quiero contar que llevo tres historias aparte de esta, pero obviamente que esta es mi favorita, así que tendrán capítulos más seguidos.

Nos vemos pronto.

XOXO

Hilo Rojo | Pablo GaviWhere stories live. Discover now