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Mis ojos comenzaron a cerrarse, me estaba quedando dormida sobre el hombro de Eddie mientras el disfrutaba de la WWE que trasmitia la televisión cuando de la nada unas sirenas llamaron nuestra atención, sirenas que cada vez se escuchaban más fuertes y cerca de la casa de Eddie.

—¿Eddie, que es eso?— el se paró para poder ver la ventana y se exaltó tanto que cerró la cortina rápidamente.

—Es tu madre, tu madre llamó a la policía.

Me levanté del sofá rápidamente y Eddie puso su dedo índice en sus labios para que guardara silencio.

—Intenta esconderte— susurró.

Y yo fui hasta la habitación de Eddie y me escondí dentro del closet. Era un closet muy angosto y pequeño, no se veía hacia adentro no yo podía ver hacia afuera porque la puerta era completamente lisa y solo podía escuchar.

Eddie abrio la puerta y atendió a los oficiales.

—Buenas noches, ¿En qué los puedo ayudar?

—Buenas noches, estamos aquí porque la señora Erin Sheldon perdió a su hija Chloé— Detrás de las voces de los oficiales de policía se escucha la voz de mi madre enojada «no se perdió, se escapó con este rufián» — bueno, se escapó y tiene sospechas de que podría estar en su casa.

—¿Chloé Sheldon se escapó de su casa? —fingió Eddie— si la conozco, es mi compañera de clases, una chica brillante y muy nerd diría yo, no sé a qué se debe  esa acusación tan grave que hace la señora Sheldon.

—¡Tu engrupiste a mi hija, bastardo y ahora quiero que me la entregues ya!—mi madre entro a la fuerza y escuché sus pasos y como volteaba las cosas buscándome.

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Estábamos en su cuarto los dos solos, el fumaba su cigarrillo mientras terminaba de levantar sus pesas.

—¿A qué hora llegan tus padres?—le pregunté y el dejo su pesa en el suelo para sentarse a mi lado.

—fueron a la reunión de padres con Max, dice su maestro que mejoro bastante en matemáticas y eso se debe a la hermosa e inteligente profesora que la viene a ayudar todos los días.

Acarició mi cuello para luego darme un sensual beso en los labios, corto pero muy ardiente.

—Billy, debería irme a casa.

—¿Ahora?, Apenas son las ocho— suplicó—vamos, quédate un poco más.

—yo quisiera, pero no puedo y además, mañana empiezas a trabajar como guardavidas y debes descansar.

Billy sonrió coqueto y me volvió a besar, Apretó mi muslo dejando una marca roja con la forma de sus dedos, aparto mi cuello dejandolo libre solo para el y empezó a hacer un camino de besos en mi piel antes de llegar a mi oreja y susurrarme.

—¿Me irás a ver al trabajo, linda?

—Por supuesto que si, necesito verte con ese uniforme.

Sonreí coqueta antes de moderle el labio.

—¿Sabes? En la piscina está prohibido ir sin traje de baño, mañana te quiero ver así y cuando llegue mi turno poder besarte en frente de todos, para que sepan que eres mi chica y para que también sepan que soy tuyo.

Sus palabras me hicieron cosquillas en el estómago y no pude evitar sonreír cerca de su boca antes de volver a besarlo. Aveces no siempre las cosas son buenas, hemos tenido más momentos malos y discusiones que buenos momentos juntos. Aveces el me hace sentir muy bien, me siento totalmente perdida ante el y se que el también está perdidamente enamorado de mi.

Bad Idea, Eddie Munson✧Where stories live. Discover now