Capítulo 25

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Me escondo en un arbusto y luego corro hacia adelante. Bien, Tn. Lo lograste.

Acelero, pero mis piernas no aguantan más y mi respiración es agitada. Escucho como nombran mi nombre a lo lejos y mis ojos se aguaron al instante. Ya no más, no quiero estar en esa casa.

Llego a la ciudad. Tengo tan solo una blusa tirantes y un pantalón holgado. Me estoy congelando del frío que tengo.

- Oye, ¿Tiene por casualidad un celular que me prestes para llamar? - le pregunto a un joven que estaba de espaldas. Él se voltea a verme y rápidamente me da una cálida sonrisa.

- Claro, aquí tienes - toma su celular que estaba en su bolsillo del pantalón -

- Te lo agradezco, ahora se lo devuelvo - tomo el celular y comienzo a llamar a mi amiga Elena.

- ¿Hola? - habló ella entre dormida -

- ¿Elena? - pregunto - soy Tn, te llamo desde aquí por qué no te tengo mi celular - digo -

- ¡Tn!, ¿Dónde estás? - preguntó ella un tanto desesperada -

- Tranquila, estoy bien. Te extrañé mucho - mis ojos se aguaron rápidamente -

- Yo igual, ¿En dónde estás? - preguntó ella de nuevo -

- No lo sé, pero iré a tu casa enseguida, solo me quedan unas 3 cuadras de aquí - contesto -

- Está bien, rápido hace frío - dijo ella antes de colgar la llamada -

Cuelgo la llamada.

- Tome, muchas gracias - hago una pequeña reverencia -

- No te preocupes. Estás con ropa muy fina, como para que andes así, toma te presto mi campera - sonrió y se sacó la campera -

- No, no. Está bien - le respondo sorprendida -

- No lo haré - rió a lo bajo y me coloca la campera en mis hombros - no agradezcas, tú lo necesitas más que yo -

- Muy amab... - no termino de acabar la frase y una bocina de un auto suena -

Camino en dirección a la casa de Elena. Mierda, me duelen mis piernas.
Llego finalmente, golpeo la puerta y ella me abre al instante. Nos abrazamos fuertemente y nos quedamos unos minutos así.

- Te he extrañado muchísimo - sus ojos llorosos me dió una punzada en mi pecho, no quiero verla así -

- Yo también, y no sabes la alegría que me da de verte - la abrazo nuevamente -

- Pensé que habías desaparecido, la gente de aquí ha preguntado por tí, hasta te han registrado como desaparecida - habló ella muy preocupada -

- Lo sé - respondo con cautela -

- ¿Qué te había pasado? - preguntó ella, mirándome fijamente a los ojos -

- Me tenían en una casa, no me dejaban salir casi nunca y lo peor de todo... - bajo la cabeza y mis ojos se aguaron, mientras ella esperaba terminar mi frase - casi intenta abusar de mi - pego el llanto al instante -

- Dios santo, Tn. Maldito imbécil, lo haremos pagar - afirmó ella, mirándome abrazándome y acaricia mi cabello con suavidad -

- No, no puedes. Él te hará daño si lo haces, Elena - respondo atemorizada -

- No entiendo, Tn. Él tiene que pagar - dijo nuevamente, pero cómo no estaba convencida de ello, entonces cambió de tema rápidamente - sabes, hableremos mañana, ahora estás cansada. Ven, vamos a dormir - dijo ella, tomándome de la mano hasta la habitación. Extrañaba dormir con ella.

- Acuéstate - sonrió Elena -

- Gracias, amiga - imito su gesto y me tumbo en la cama -

Al día siguiente:

Pum, pum.

Golpean la puerta bruscamente. Nos despertamos las dos al mismo tiempo y le digo.

- ¿Qué hora es? - digo entre dormida -

- Son las 9 de la mañana - responde ella, mirando la hora en su celular -

Pum, pum.

Otra vez golpean la puerta repetidas veces, pero esta vez mucho más fuerte.

- ¿Qué rayos pasa? - se levanta Elena de la cama y se dirige hacía la puerta -

- Ten cuidado - la tomo del brazo -

- Tranquila - dijo ella - ¿Quién es? - dice Elena, poniendo su oído pegado a la puerta -

- ¡ABRE LA MALDITA PUERTA, TN! - se escucha un grito -

Conozco perfectamente esa voz.

- Él viene por mí, Elena - mis ojos se cristalizaron enseguida -

- Encondete, corre - dice ella susurrándome -

Corro hacía la habitación, me escondo en el armario. Mis lágrimas no tardaron en salir. Se escuchan gritos de allí y siento como unos pasos se acercan rápidamente hacia esta habitación. Mierda, mierda. Tengo miedo.

- ¡SE QUE ESTÁS AQUÍ! - se escucha un grito - VEN AQUÍ, AHORA MISMO - otro grito más se hace presente - 

- Si no vienes, tu amiga Elena muere, ¿Me escuchas? - dice él - ok, tú te lo buscaste -

Rápidamente salgo del armario y corro en dirección a él. Jimin me mira y Elena se encuentra en el suelo arrodillada.

- Conque aquí estabas, sabía que ibas a estar aquí - rió él -

- Déjanos en paz - digo entre sollozos -

- Nunca, Tn - respondió -

- ¿Por qué me haces esto? - contesto -

- Por qué te amo, nunca me iré de tu lado - dijo mirándome a los ojos -

- Tú nunca me amaste y nunca lo harás, lo que tú tienes conmigo se llama ¡Obsesión! - alzo la voz a lo último -

- No me hagas enoj... - lo interrumpo -

- ¿Enojar? - levanto una ceja y me rió a lo bajo - la que debería estar enojada soy yo, Jimin - hablo con enojo -

- Déjala en paz - habla Elena -

- Tú no te metas, esto es entre yo y mi mujer - contesta Jimin sin mirarla -

- ¿Tú mujer? - pregunto -

- Si, así es. Tú eres mía - habla él acercándose -

- No - mi rostro se volvió frío -

- ¿Acaso no entiendes? - levanta una ceja -

- ¿Qué tengo que entender? ¿Qué siempre seré tuya? - pregunto enojada - no tienes ni una pizca de piedad en mi, tienes tantas y millones de mujeres, y justamente me elegiste a mi, ¿Por qué? - pregunto confundida -

- Te elegí por qué tú eres única - respondió -

- Si, claro - me río con sarcasmo -

- Yo te quiero -

- Pues no será así. Quiero que te vayas de aquí ahora mismo - señalo la puerta y lo miro -

- No - dice el fríamente -

- ¡Qué te largues! - digo entre sollozos mientras levanto la voz -

- Me iré, pero volveré por tí - me señala y se va de ahí con sus hombres -

- ¿Estás bien? - me acerco a Elena y la abrazo - 

- Estoy bien, ¿No te hicieron nada a tí? - pregunta ella preocupada -

- No, por suerte no - la abrazo con más fuerza -

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Continuará...

Dedicado a: Niponna

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