Tenía que guardar lo poco que tenemos, pero en un segundo había fuego en el armario.
-¿Me vas a dejar?
Me sorprendí, pero no dude en contestar.
-¡Claro que no! Tu eres mi Tommy, es mas fácil que tu me abandones a mi. -mi voz se quebró al decir lo último.
Sentí cómo se dio vuelta, pero yo mantenía mi vista en el suelo, se que es verdad, en cualquier momento el puede alejarme y lo perdería.
-Yo nunca haría eso Callie, pero ahora tu...
Lo interrumpí, el odia que hagan eso, pero debo de hacerlo.
-Ahora tenemos dinero y casa. -lo miré con seriedad. -Ya lo habíamos dicho antes Tom, todo lo tuyo es mio y lo mio es tuyo. -suspire. -Esto no cambia nada, ambos podemos ser felices al fin, alejarnos de este sufrimiento, Tommy.
El me observo y asintió.
-Lo siento Callie. -bajo la mirada.
Acaricie su mejilla.
-Tranquilo, yo siempre estare contigo. -junte nuestras frentes.
-¿Estan listos, niños? -entró el mismo viejito.
Asentí y estire mis manos para que mis mascotas vinieran, el observo a nuestra serpiente y a nuestro cuervo, pero no dijo nada.
-Ya, estamos listos. -Tommy lo miro después de cerrar la maleta.
Solo ocupamos una, no tenemos gran cosa y las cosas de ambos caben perfectamente en una sola.
-Bien, vamos.
Quiso ayudarme, pero Tom no lo dejo tocarme, me tomo de la cintura y yo pase mi brazo por sus hombros, así comenzamos a caminar, lo extraño es como aquel anciano nos miraba, mas a mi y no quiero que Tom se de cuenta o habrá problemas.
(...)
Cuando llegamos a la casa, nos asombramos, era gigante, había de todo, varios elfos nos iban a cuidar, al inició me dieron miedo, pero después vi que nos trataban bien a ambos.
-¿Vamos a dormir separados? -me miro con temor Tom.
El viejito estaba escuchando todo.
-No, no quiero. -me queje.
-No puedo dejarte sola, yo soy el que te cuida y te da los medicamentos. -dijo serio y ambos miramos al anciano.
Este nos miro con curiosidad.
-¿Medicamentos? -preguntó haciéndome bajar la mirada.
-Callie tiene...ciertos ataques a causa de unos golpes que recibió. -murmuro furioso.
-No se preocupen jóvenes, esta es su casa y pueden hacer lo que quieran y en el colegió me aseguraré de que el Director los ponga en la misma habitación por la salud de Calliope. -nos sonrió.
Este señor no me gusta, algo me dice que no es lo que parece.
-¿Me sientas ahí Tommy? -apunte un sofa.
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El me llevó hasta ahí y me sentó con cuidado.
-Gracias. -bese su mejilla.
Me sonrió.
-Bien jóvenes, hasta aquí llegó yo, los elfos saben como buscarme si ustedes necesitan algo. -me dio una llave extraña. -Es la de la bóveda de tu padre, te la pedirán cuando vayan por dinero, si necesitan algo, pueden enviar una carta con su cuervo o decirle a algún elfo. -sonrió y se fue.
-No me gusta. -mire a Tommy.
El asintió.
-A mi tampoco. -me miro y sonrió.
Por fin vamos a ser felices, no mas golpes, no mas maltrato, no mas pasar hambre y no dormir por cuidarnos; ahora va a ser diferente.
...
Después de comer y explorar la gran casa, elegimos una habitación y ahí nos quedamos.
-Amitos, podemos ir a comprar ropa, zapatos y cosas para sus mascotas. -nos sonrió nuestra elfina.
Ambos nos sorprendimos.
-¿En serio? -pregunto con duda Tommy.
-¿Tambien caramelos? -pregunte con ilusión.
Ella asintió con emoción.
-Lo que los amitos quieran, aún faltan algunos meses para las compras del colegio, pero necesitan ropa y calzado. -nos sonrió.
-¿Podemos ir Tommy? -lo miré emocionada.
Me observo un momento y asintió, le di un rápido beso y nos levantamos.
El viaje casi nos hace vomitar, la elfina dijo que se llama desaparición, bueno nombre, casi desaparece mi almuerzo, cuando pusimos atención al lugar, todo nos fascinó, todo era mágico ahí.
En ningún momento nos regañaron, nos compraron todo lo que nos sorprendían mirando, nuestra ropa era nueva, ¡nueva! Sin hoyos, sin olores raros y los zapatos tambien eran nuevos, me dejaron comprar toda clase de dulces y libros; Tommy y yo compramos muchas cosas, libros, plumas, libretas y una caja para guardar nuestros dulces.
-Tommy. -lo llame y el giro a verme.
-Lo se, es...es mejor. -dijo al entender el porque de mi emoción.
Tenemos una nueva vida y la vamos a aprovechar, quizás cuando seamos adultos podremos ayudar a niños como nosotros, nada puede salir mal ahora, no mientras tenga a Tom a mi lado.
