Amor de alfa.

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Tener dedos dentro de él no era tan doloroso como se lo planteó la primera vez, de hecho era bastante disfrutable. Más cuando Steve lo besaba hasta dejarlo sin aliento. Tomaba sus gemidos y los convertía en el motor de sus caricias.

Algo que también notó del lobo de Steve era que le encataba tener una gran posesión sobre su cuello. Tentaba a seguido su glándula, lugar listo para una marca que sellaria su eterna unión. Sin embargo Tony sabía que no era bueno hacerlo ahora. Por ello cada que Steve se acercaba mucho a él se removia y este entendía el mensaje entre líneas.

Pero eso no quitaba lo disfrutable de sus caricias por todo el cuerpo. Finalmente eran esposos y no estaban cometiendo ningún pecado ¿Verdad?

La fuerza de Steve era algo admirable también pues seguía manteniéndose con un  solo brazo para no aplastarlo en el proceso. Bueno, mencionando de paso que le rompió la camiseta en la exasperación de desnudarlo.

De pronto el dedo de Steve ya no era suficiente necesitaba otro y casi como si le leyera la mente introdujo otro con cuidado. Tony se lubricaba tan fácilmente con la estimulación adecuada.

Quizá tenía que ver con su corta edad. Steve se removió al pensarlo pero un beso de Tony lo quito de aquello.

¿Que tan moralmente correcto era usar la excusa de su celo para obtener placer?

¿Estaría Tony en la edad adecuada para dar consentimiento?

Muchas preguntas más pasaron por su mente. Un pequeño debate entre su instinto y razón.

—Alfa. —llamó Tony y la razón se perdió. Howard tenía un buen punto con eso de que la convivencia entre alfa y omega no iba bien. Y esque, si, todo su maldito cuerpo quería y tenía las ganas de follar a Tony. Incluso sobrellevando el hecho de que Steve y su razón aún lo veían como un cachorro.

¿Y que tal si lo lastimaba de nuevo? ¿Que serían tres rechazos para un omega? ¿Cómo se sintió el rechazo para él?

Con cautela dejó sus labios de lado para darle besos en las mejillas más calmados. Aún manteniendo sus dedos adentro y dándole capacidad de palabra al joven.

El rubor de sus mejillas se expandió por todo su rostro cuando Steve abrió sus dedos y en un masaje algo rudo hizo que se viniera. Sus piernas temblaron y el semen  en resbaló. Para ojos de Steve esto hacía una linda decoración en su abdomen.

Steve agitado levantó su rostro y cayó justo a su lado. El aún no había terminado, pero no le importaba la verdad. El arrepentimiento de lo que acaba de hacer y las ganas de que la tierra se lo tragase eran grandes.

Pero Tony. Tony no iba a dejar todo esto ahí. No, no, no, no. El lo llevaría hasta el final.

Con fuerzas renovadas se subió sobre Steve y comenzó a tocar sus abdominales.

—¿Puedo hacer algo por ti? —dijo sonriente y sensual. Para Steve fue un orgasmo visual.

Como podía sentirse arrepentido en paz cuando Tony retaba poniendo esa sonrisa y con su cuerpo, desnudo sobre el.

—Tony. —acarició su cintura con grandes intenciones de crear un roce entre sus nalgas. La ropa interior comenzaba a ser fastidiosa para el. Aprovechando el agarre lo bajo y en un estirón consiguió levantarse del lecho. Tony estaba confundido pero obstinado nuevamente lo siguió hasta hacer que Steve se sentara al borde de la cama.

—Nunca he visto el orgasmo de un alfa.

Steve no respondió. Quería alejarse y acercarse, terminar esto y continuar al mismo tiempo.

Arnie [Stony]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon