9. Nueva Vida

64.7K 5K 964
                                    

Narra Rose

21 de Julio, 2017

Hoy por fin le dieron el alta a Asher, lo estoy terminando de vestir para definitivamente irnos a casa. Asher aún no sabe de qué viviremos con Amos, pero estoy segura que estará muy contento.

—¿No podré ir al jardín? —mi hijo pregunta, mientras pongo sus zapatillas.

—No cariño, debes descansar unas semanas más, para que puedas ir de nuevo —le recuerdo.

—Ya no quiero estar acostado. —Hace un puchero.

—Pero lo estarás, es por tú bien, hijo —Amos aparece—. Una de las condiciones para que irnos, es que harás tú recuperación. —Besa su cabeza.

—Está bien —resopla.

—Por favor, cariño. Toma tus juguetes y los guardas en aquella cartera —le indico.

—Sí, mami.

Cuando ya está lo suficiente lejos, vuelvo mi vista a Amos.

—¿Hay demasiados? —le pregunto, nerviosa.

Suelto un suspiro tembloroso.

—Los hay —me sonríe apenado.

La prensa estos días nos había dado algo de privacidad, pero igual siempre había alguien afuera. Hoy es todo lo contrario, hay demasiados periodistas. De alguna forma se filtró la noticia de que Asher salía hoy del hospital y desde la madrugada hay cámaras afuera.

—Bueno, es algo que iba a pasar —digo dándome cuenta de su ánimo.

Amos llevaba algunos días raro, quería pensar que era mi imaginación, pero hasta parecía algo estresado.

—Ojalá no lo hubiese hecho —resopla. Padre e hijo son iguales—. ¿Ya tienes todo?

—Sí, solo faltan los juguetes de Asher, pero creo que ya los guardó.

Asher camina hacía nosotros con la cartera.

—¿Ya nos vamos, papá?

—Sí, hijo.

Unos hombres entran a la habitación y toman los bolsos de Asher; supongo son algunos de los guardaespaldas de Amos. Éste hombre es como un presidente.

Salimos de la habitación, y caminamos hasta la entrada principal del hospital. No podíamos irnos por la salida del estacionamiento, ya que de alguna forma la prensa también había accedido por allí.

Asher está totalmente ajeno a todo, reímos al ver que se despide de todos los doctores que se encuentra de paso.

—Lo llevaré en mis brazos. —Él magnate me detiene antes de salir— Ven hijo. —Toma a nuestro hijo y lo acomoda en sus brazos, mientras lo cubro totalmente.

—Cariño, no levantes tu rostro por ningún motivo —le digo—, hasta que tú padre o yo te digamos. —Asiente, beso su frente.

Amos tiende su mano libre hacía mí y lo miro con nerviosismo.

—Esposos, ¿recuerdas? —sonríe.

A veces siento que para Amos es tan fácil hacer todo, en cambio, yo siempre debo de pensar demasiado las cosas.

Miro nuevamente su mano extendida, trago saliva al recordar que es solo el comienzo. Debo acostumbrarme.

—Esposos. —Entrelazo nuestras manos.

—¿Lista? —pregunta.

Suspiro.

—Lista.

La hace una seña a una enfermera para que nos abra la puerta. Los flashes llegan enseguida y sinceramente agradezco estar usando gafas en éste momento.

Te Necesito (#1) BORRADOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora