38. Dolor

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Tenía que hacer este capítulo narrado por Amos, lloré demasiado...

Narra Amos

7 de Mayo, 2018.

Irreal.

Así se sentía desde ayer, las palabras de la enfermera que me llamó por la madrugada aún rondaban mi mente y no podía dejarlas ir.

Nunca había sentido tanto pánico y dolor al mismo tiempo, solo puedo recordar como mi alrededor daba vueltas y mi pecho dolía de una forma horrible.

Los he perdido.

He perdido a mis padres en un incendio.

Aún habían muchas incógnitas respecto a ello, la única respuesta que me dieron, es que el fuego pudo haber comenzado en la habitación del lado de Ansel, no hay más explicaciones. Además, todo se vuelve más difícil al no tener mucho, ya que se quemó casi toda la casa.

Observo a Austin a mi lado, su pierna derecha se mueve con rapidez. Su mirada se encuentra con la mía y lo único que quiero, es que todo sea una maldita pesadilla, su cabello está desordenado, mientras sus ojos se encuentran totalmente rojos por el llanto.

Voy hablar, pero él solo niega con lentitud, volviendo a su posición anterior. Suspiro, mis ojos arden y siento mi garganta seca,

Los pasos de la enfermera me hacen levantarme de la silla.

—Pueden pasar, él doctor dijo que todo está en orden —nos informa.

Asiento con lentitud, dándole una mirada a Austin, para que vayamos a la habitación. En silencio caminamos hasta el lugar indicado y suspiro varias veces antes de abrir la puerta.

Hay otra enfermera revisando algunas cosas, pero enseguida sale de la habitación.

Mis ojos enseguida se van a la persona acostada en la camilla, tiene algunos cables en sus brazos, pero su rostro está para el lado del ventanal.

Sus brazos se encuentran con varios raspones y ni decir de su cuerpo, lo que nos alegraba es que estaba vivo, estaba con nosotros.

Él no se había ido.

—Ansel... —susurro.

Su rostro se gira lentamente, sus ojos se encuentran cristalizados y me observa fijamente. Me acerco e intento tomar su mano, pero la quita con rapidez, lo entiendo enseguida.

Él ya lo sabe.

Como si fuera un milagro, Ansel fue el único que sobrevivió al incendio, aún había muchas preguntas de como fue que sucedió. El incendio era para que los tres hubiesen muerto.

A mi no me importaban las razones, yo solo estaba feliz de poder verlo vivo y poder tenerlo con nosotros.

Ansel nos mira fijamente, sus labios tiemblan, quizás intentando no llorar, pero a todos se nos está haciendo casi imposible.

—¿Por qué, Amos? —pregunta. Su voz afligida desgarra mi corazón.

—Yo...

—¿Por qué mamá y papá? —vuelve a preguntar. Su voz está teñida de impotencia y las lágrimas no tardan en bajar por sus mejillas.

Acerco mi mano con cuidado, agradeciendo no tener nuevamente su rechazo y finalmente tocando su rostro con suavidad.

Mi hermanito.

Austin se mueve hasta llegar al otro lado de la camilla, tomando su mano.

—Lo siento... —murmuro, pero me vuelve a interrumpir.

Te Necesito (#1) BORRADOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora