Te Necesito (#1) BORRADOR

18. Especial

Aclaración: En uno de los capítulos anteriores dije que la chica embarazada tenía 4 meses. Me he equivocado, tenía 3, en este capítulo cumple los 4.

Perdón la confusión. No olviden dejar su ★  y algún comentario...

Narra Rose

7 de Septiembre, 2017

Miro las calles con atención, no sé en donde nos encontramos, ni a donde vamos. Amos solo nos había subido al auto sin explicación alguna.

—¿Cariño, a dónde nos llevas? —pregunto extrañada.

—Sí, papá. Yo también quiero saber. —Asher estira su cuerpo todo lo que puede haciéndonos reír.

—Es un secreto. Solo diré que es un lugar especial para mí —sonríe—. Estoy seguro que les encantará.

Asiento. Me estiro un poco hasta poder besarle la mejilla, Amos luce emocionado, y algo nervioso.

—Entonces solo nos queda esperar —le hablo a Asher.

—No me gusta esperar, papi. —Se cruza de brazos.

—Pero debes hacerlo, hay que tener paciencia, no siempre todo sucederá enseguida —Amos le da una mirada por el retrovisor.

—Tu padre tiene mucha razón.

Asiente, y por el resto del camino va pendiente a las casas. Se entretiene cantando las canciones infantiles que se reproducen en la radio.

Amos estaciona frente a un gran edificio, parece un internado, pero cuando leo las grandes letras afuera lo entiendo completamente.

Enseguida llegan a mi mente las palabras de Freya. Nos ha traído a un orfanato.

—Amos... —murmuro—. Es un orfanato.

Lo miro intrigada y emocionada.

—Lo es —sonríe y comienza a caminar.

—¿Qué es un orfanato, mami? —pregunta algo confuso mientras lo ayudo a bajar del auto.

—Donde cuidan a muchos niños que no tienen familia y tampoco tienen una casita donde vivir.

—¿Y por qué no tienen familia? —ahora parece extrañado.

—Porque ellos han pasado por situaciones muy difíciles —Amos intenta explicarle, aunque es difícil. Asher nunca dejará de tener preguntas—. Ahora entremos.

Los tres subimos las escaleras y caminamos hasta la puerta, que es abierta por una mujer.

—Señor, Maxwell. Es un gusto tenerlo nuevamente por aquí —habla bastante animada—. No estaba enterada de su visita, sino que hasta hace unos minutos me informaron.

—No se preocupe. Yo fui él que llegó de sorpresa. —Todos entramos— Le presento a mi esposa y mi hijo.

La mujer nos mira y abre un poco los ojos.

—Perdone por no saludarla antes. Es un gusto conocerla, señora Maxwell —ambas estrechamos nuestras manos—, y también a su pequeño hijo.

Asher solo sonríe mientras juega con sus pies.

—Igualmente —respondo—. También es una sorpresa para mí, mi esposo no nos dijo que nos traería a este lugar —miro a Amos, pero solo se hace el desentendido.

—Bueno. ¿Desea usted darles el recorrido? —la mujer habla.

—No —Amos niega—. Me gustaría que usted también viniera, quiero saber como van las cosas.