Capitulo 7

2.5K 268 14
                                    

Mikey y Draken conducían a tu casa, habian tenido una pelea con una pandilla que los había envoscado y habían quedado agotados, así que decidieron venir a tu casa a cargar energías, llamaron una vez pero nada, al principio pensaron que habías ido de compras así que esperaron una hora, pero nada así que mejor regresarían más tarde.

Después de un tiempo regresaron con los chicos, llamaron y llamaron pero simplemente no contestabas, era raro viniendo de ti ya que siempre que salias de casa por mucho tiempo ponías una nota para que no viniesen pero en la puerta no había nada pegado.

–¿¡___________, estas en casa!?– Grito con todas sus fuerzas Mikey que al instante fue callado por la mano de Draken.

–¡Calla que sino los vecinos llaman a la policía estúpido!.

De repente abriste la puerta algo apenada.

–Lo siento, no los escuché, pasen– te hechaste a un lado para que todos entrarán –ayer me quedé hasta tarde haciendo un postre y termine durmiendo muy tarde.

Te excusas te algo avergonzada, tus ojeras eran claras pero también lo hinchado que estaban tus ojos dando a entender que habías llorado minutos antes.

–Da igual, es nuestra culpa por llegar así tan de repente– dijo Mitsuya –Mikey nos dijo que no contestabas a la puerta y nos preocupamos, por eso vinimos.

–Ay si, antes había ido a casa de una amiga, como estaba cerca no vi la necesidad de poner una carta pero termine charlando con ella media hora.

–Pero nosotros estuvimos esperándola una hora...– susurro Mikey a Draken.

–Ya veo, si es eso ya nos vamos para no molestarte– Mitsuya empujó a todos afuera.

–Kenchin diles, la estuvimos esperando 1 hora– notifico Mikey ya lejos de tu casa.

–La verdad es que si– confirmo el otro rubio.

–¿Acaso hicieron algo malo para que no les quiera abrir la puerta?– preguntó Baji.

Todos miraron a Mikey, si alguien hubiera echo algo malo para enfadarte, seguramente sería Mikey, el intentaba recordar pero nada.

–A lo mejor fue esa vez que sin querer le quemaste una sartén– sugirió Draken.

Una vez que estabas enferma le pediste a Mikey que por favor te calentarse la sopa de pollo que tenías en una sarten, si no fuera porque te diste cuenta que olía a quemado, alomejor ahora mismo estarías viviendo en la calle.

–¡Pero fue sin querer y ella lo entendió!– grito Mikey– aparte eso fue hace unas semanas, ¿Por qué se debería enfadar ahora?.

Pensaron en otra razón.

–¿Y aquella vez que te comiste los postres que había preparado para su tía? –Pregunto Baji.

–Pero al final le compré los postres de una pastelería y se los di como disculpa– contesto Mikey.

–¿Aquella vez que rompiste su ventana para demostrarle lo fuerte que eras?– añadio Mitsuya.

–Yo pague el vidrio y al personal que lo puso– respondió el enano.

–¿Cuando montando juntos en moto giraste muy fuerte y la mandaste volando a un charco de lodo?– comento Takemichi.

–Pero al final se pudo limpiar y no salió herida– se excuso.

–¿Cuando sin darte cuenta te sentaste encima de la cola de sus gatos?– dijo Chifuyu.

La verdad Mikey había cometido tantos errores por ser distraído que ya ni los podían contar pero era claro que al parecer Mikey no era el culpable de tu enfado y aunque sospecharon de Draken, no había ninguna prueba en su contra así que decidieron dejarte sola para que se te pasará el enfado naturalmente. Hoy mínimo no te molestarian, lo intentarían más tarde.

En la noche, Draken quien estaba entrenando no podía dejar de pensar en el motivo de tu enfado cuando su móvil sonó dejando ver tu contacto.

–¿Si?

–Lo siento por llamarte a esta hora, solo quería escuchar tu voz– tu voz estaba claramente rota, aún intentando disimularlo, era notorio –¿Tú...podrías hablarme?

Aquel chico notaba claramente tu mal estado y no preguntó mucho para no exaltar te, en cambio cumplió con tu petición.

–Cuando conocí a Mitsuya, tenía mucha envidia de el, tenía una madre que le cuidaba aún cuando su padre ya no estaba con ellos y aun siendo pobres, no lo abandonó mientras que mi madre no dudó en dejarme aquí, por eso cuando lo escuché decir que ojalá pudiese vivir en el burdel, le pegue –un silencio se formó después de aquello, tus sollozos ya habían cesado y te notaban más relajada así que dudó en preguntar– ¿Pasó algo?

–Desde el momento en el que nací, mi madre me odio por ser mujer, en su corazón solo estaba mi padre, nunca le importe, aún si me moría, aún si  rogaba por comida, ella simplemente no me miraba, el único que me quería era mi padre pero el estaba enfermo y no le quedaba mucho tiempo, se supone que el tratamiento estaba mejorando, se supone que las pastillas lo ayudarían a prolongar su vida hasta 6 años, ¡Se suponía que el iba a vivir más tiempo!– tu llanto había vuelto junto a un silencio que rompiste a los minutos –Odio el 20 de Septiembre porque ese día mi padre murió y un día después, mi madre se suicidó en el salón.

Los ojos del rubio se abrieron de par en par para luego ver su calendario, hoy era 20 de Septiembre.

[...]

El sonido de una moto hizo que reaccionarias de tu trance, abriste la ventana para ver quién era encontrándote a aquel chico que conociste en el hospital, bajaste las escaleras a toda velocidad y abriste la puerta para lanzarte a los brazos de Draken que no dudó en corresponderte.

–Sube– dijo auquel chico.

Conducieron horas hasta llegar a las puertas de un cementerio, miraste a tu acompañante algo extrañado pero el solo arrastró tu mano hasta llegar a unas tumbas donde ponían los nombres de tus padres cosa que te sorprendió.

–¿Como sabes dónde estaban enterrados mis padres?

–Una vez visitando al hermano de Mikey vi la tumba de tus padres a dos filas, Mikey no lo sabe porque lo distraje– respondió – así que si, ya sabía que tus padres no estaban de viaje.

Los dos os pusisteis a limpiar las tumbas, estaban muy sucias y de las flores en sus jarrones solo quedaban los tallos marchitado, desde que murieron prácticamente no ibas a visitarlos porque nunca tuviste esa valentía de hacerlo y la culpa te carcomía, ahora estando Draken a tu lado se sentía raramente bien.

–Creo que iré a terapia– dijiste mientras echabas más agua.

–Si necesitas que te acompañe a una cita, ya sabes mi numero– sonrió mientras te miraba.



Si os soy sincera, no se escribir parejas, así que no sabría cómo funciona un romance y me da miedo que se sienta forzado o la típica rayis.¿Qué opinan?

Curame [Draken x male reader]Where stories live. Discover now