27. Un Ángel Caído entre Demonios.

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CAPÍTULO 27
Un Ángel Caído entre Demonios.

CAPÍTULO 27Un Ángel Caído entre Demonios

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ELOÍSE

Luego de que el fiscal Joaquín Baer se fue, decidí que iría junto con Gabriel a llevar los informes a su oficina central, uno con la explicación de la irrupción en el hotel y la muerte del Mecenas.

Para ser asesinos, eran muy apegados a la burocracia.

Sabía que Gabriel ya me estaba esperando para salir, cuando aproveché un momento para meterme a la habitación al final del pasillo donde tenían a la chica extraña de ayer.

Prendí la luz al entrar, supuse que para ellos era mejor tenerla en penumbras, entendía que quizás la necesitaban dócil, tampoco podían tenerla demasiado confiada o terminaría por llamar a la policía.

Si es que eso serviría para algo.

Ella parpadeó ante la intrusión de la luz, le sonreí mientras dejaba cerca la bandeja con té, galletas y un pedazo de la torta que había horneado con Ángela esa mañana.

──¿No eres alérgica a algo verdad? El pastel tiene frutilla y chocolate, aunque quizás eso ya es una patada de por sí.

La chica no respondió, y cuando alcé mi mirada para verla, su odio era una llama, vibrando hacia mí con un rencor vivo.

──No quiero nada.

──Ya has pasado una noche sin comer, pudieron haberte drogado, no sabes con qué, te conviene eliminar eso cuánto antes de tu sistema.

Su melena negra se sacudió cuando se lanzó sobre mí, la esposa que la sostenía a los fierros de la cama no la dejó proseguir, pero eso no impidió que pateara la bandeja con una furia excesiva.

Té manchó la pared, el jarrón y la taza de Daredevil quedaron hechas añicos en el piso, la torta salpicó parte de mi mejilla.

Me limpié de forma descuidada.

──Te traeré más.

──Eres una maldita idiota ──me ladró, su piel cetrina empeoraba su apariencia de desquiciada──. ¿Qué clase de persona es secuestrada y se pone a hornear con sus captores? ¿Qué clase de imbécil se acuesta con uno? El tipo te encerró, te tiene presa, oí cómo nos decían, presas, quieren matarnos ──Solo entonces sonó extrañamente calmada, hasta divertida──. ¿Cómo puedes ser tan imbécil?

Golpeé su rostro con una bofetada, ansiosa porque sus ideas se aclararan un poco.

Clavé mis uñas en su mentón cuando intentó rehuir como un animal rabioso.

──Escúchame, y escúchame bien ──comencé con paciencia──. Esta es tu situación, te guste o no, no vas a salir, estás atada a una cama y si cualquiera de ellos quiere matarte puede hacerlo, no tienen ninguna razón que los detenga, yo que tú sería muy buena para no darle ninguna.

Revival +18Where stories live. Discover now