five.

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louis preparó té para todos, té negro para calmar los nervios. sus manos temblaban cuando sirvió el líquido caliente en las tazas, harry lo notó.

omega, siéntate.

no había sido una orden, ni había utilizado su voz de mando para dirigirse a él pero un escalofrío recorrió su espina dorsal y su omega le hizo obedecer casi de inmediato. se avergonzó.

—yo serviré el té, toma asiento, lou. — indicó liam a su lado donde harry estaba con las garras enterradas en su pantalón de chándal prestado.

louis tomó asiento frente a los tres alfas, no se sentía intimidado pero sí nervioso al estar cara a cara con harry; ese alfa era un caso especial. su aroma, su actitud, su porte y hasta su misma presencia le ponían las piernas de gelatina.

liam terminó de servir el té, le proporcionó a cada uno una taza, tomó la propia en tanto volvía sus pasos hacia su asiento junto a zayn quien también tenía las garras fuera y temblaba.

—¿louis? — comenzó una vez más liam.

louis se hundió en sus pensamientos mientras miraba el rostro de harry recordando su muy corto paseo por la tribu; las miradas de sorpresa e incluso admiración que había despertado ante harry porque era... era enorme. nadie en jengiyaka tenía esa altura ni esa musculatura, todos los habitantes de su tribu tenían una altura promedio de 1,75, algunos alfas afortunados podían llegar al 1,78 como liam y zayn pero eran contados.

su aroma era otro tema de atención. el aroma del
alfa era tan fuerte que podía llegar a molestar en las narices de muchos, louis fue testigo de ello. sin hablar del particular gusto salado en él, digno de alguien del norte donde el mar era su vecino más próximo; lo curioso no estaba en ello, lo curioso era el destacable aroma de chocolate amargo que acompañaba a harry. era delicioso, al menos para louis que no dejaba de olfatear cuál cachorro.

—¿qué?

louis enfocó su vista en zayn y liam, despacio.

su mente volando lejos una vez más, al roce mínimo que existió por unos míseros segundos entre alfa y omega en los rosales. había sido nada, louis casi resbala al lodo debido a algunos pétalos regados en el suelo y harry lo había rescatado del peligro sosteniéndolo por la cintura.

su omega jamás había reaccionado como lo hizo por un toque tan simple, de hecho, estaba más que acostumbrado a el toque de alfas, betas y omegas pues lo consideraban una bendición. en los festivales siempre era básicamente manoseado; esta vez su omega aulló, movió la cola e incluso dio vueltas. no lo entendía.

omega.

louis miró a harry.

—¿si?

zayn elevó las cejas y luego las frunció, abrió la boca para hablar, más no dijo nada porque liam se lo impidió.

—louis, ¿puedes explicarnos por qué sacaste al alfa de tu casa cuando no hemos ido con el sekhem? — el alfa castaño habló pausado como tentando el terreno porque definitivamente no iba a desatar una pelea entre el alfa extranjero y zayn y mucho menos quería que louis estuviera involucrado.

—ya se los dije, harry quería conocer la tribu y no le vi nada de malo.

—hay mucho de malo, lou. — continuó. — el sekhem se va a escandalizar cuando sepa que dormiste con un alfa del norte. — frunció sus labios, le incomodaba hablar del tema pero debía hacerlo. — además de que estás comprometido.

el silencio que los envolvió luego de esas palabras fue tal que a louis le dieron ganas de llorar, su omega gimió lastimosamente y harry reaccionó ante ello poniéndose de pie, casi saltando para tomar al omega en brazos y así consolarlo, más se detuvo.

MY OMEGA.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu