twelve.

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louis temblaba de miedo cuando atravesó el patio de su padre, en las manos llevaba una canasta con carne seca, huevos frescos y licor de cítricos (el favorito de ambos) y bizcochos hechos por harry que se había quedado en casa de su omega, preocupado pero positivo.

les tomó aproximadamente una semana planificar las cosas, cinco cabezas pudieron pensar mejor que sólo dos, por lo que, les resultó más sencillo incluso escribir un discurso que se suponía louis diría al sekhem esa misma tarde luego de unas copas de licor.

lamentablemente, aquella tarde de primavera, louis no pudo contarle nada a su padre, se emborracharon más rápido de lo previsto y para cuando el omega quiso dirigirse al líder de la tribu, éste ya se encontraba dormido. regresó a casa el siguiente día, con resaca y vergüenza a los brazos de su alfa quien lo consoló de la mejor forma posible.

un par de semanas más tarde, louis lo intentó de nueva cuenta, se sentía más positivo que en el primer intento porque harry lo acompañó hasta la cerca circundante a la cabaña, le había pedido estar presente pero el omega se negó ante la posibilidad de una pela entre alfas; le besó la frente antes de dejarlo ir, luego se dirigió al templo de la tribu a pedir por su incierto futuro.

louis tocó un par de veces la puerta antes de entrar al hogar que lo vio crecer, el aroma reconfortante a leña quemándose en la chimenea, el té hirviendo al fuego de la estufa, el sonido del aire atravesando las ventanas, la sensación de protección cuando chocó con los cálidos ojos castaños de su padre y la sonrisa con la cual lo acogió en un abrazo.

—¡hijo! no te esperaba hasta mañana.

—¿mañana? — louis entró al lecho familiar quitándose su chaleco de caza, el arco y las flechas.

—¿zayn no te lo dijo? ¡no tiene importancia! están aquí ahora, hablemos entonces. iré a servirles té a ambos. — el sekhem desapareció de la vista de su hijo.

louis pudo percibir las feromonas de su mejor amigo detrás de las paredes de la sala de estar, por supuesto que no eran más fuertes que las del líder, cualquier alfa desaparecía detrás de su padre, a excepción tal vez de harry pero podía deberse a que venía de fuera.

—así que te atrapó luego de la recolección. — zayn rió mientras lo saludaba con la cabeza y le hacía espacio a su lado para guardar las inexistentes apariencias uno con el otro.

—logré que lili se fuera a tiempo, nos habría atrapado besándonos de no ser así.

louis rodó los ojos y luego hizo caras de asco, como si no hubiese estado entre las piernas de harry esa misma mañana, zayn lo codeó en las costillas y luego comenzaron una inútil pelea de manotazos que culminó en carcajadas. el sekhem apareció con el té, haciéndolos separar.

—jamás dejarán de ser cachorros, muestren algo de respeto y vengan aquí ustedes dos.

el omega enrojeció pero obedeció a su padre, zayn se mostró respetuoso mientras bebían el té, se había alejado de "su prometido" una distancia prudente aunque el sekhem insistió en que no debían tener ninguna pena cuando en un futuro próximo le iban a dar nietos.

—papá... sobre eso.

el té y las galletas se habían esfumado.

—tranquilo, hijo. no deben apresurarse con eso, un heredero no es necesario cuando este viejo alfa aún conserva fuerzas, disfruten los años de luna de miel, tu madre y yo tardamos tres fuegos nuevos en concebirte, así mismo lo quiso la luna y la luna sabrá cuándo darles cachorros a ustedes.

zayn miró un instante a louis, entre asustado y sorprendido, sin embargo, ninguno de los dos pudo decir nada, ni proseguir con el plan que habían hecho.

MY OMEGA.Where stories live. Discover now