DOS

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Mi madre siempre me recalcó que yo era demasiado ingenua para el mundo tan cruel y mezquino en el que viviamos, que a la larga solo encontraría problemas y que me hacía falta algo de maldad para estar a la par que el resto de población. Pero en mi interior sabia que no todo era tan gris y desgarrador como solía contarme mi madre, que de cada tres personas al menos una valía la pena conocer. Y cuando me cruce por primera vez con Shane, supe que era distinto a la mayoría de personas con las que me había relacionado durante toda mi vida. Y tal vez hayan sido por mis idealizaciones y lo ingenua que solía ser en el ámbito amoroso, que lo declare como el amor de mi vida, pero así se sentía y se siente. Me enamore profundamente de Shane, de su paciencia, de su buen humor, de su valentía y honestidad, de nuestra complicidad, de la forma en la que me hacía sentir como si yo fuera lo más especial en su vida, de sus ojos castaños tan brillantes y encantadores que me hacían suspirar y sonreír.

Mi madre me dejó en claro que de las idealizaciones nunca se sacan cosas buenas, y que a veces, se debe caer de bruces contra el pavimento para darnos cuenta de como eran los demás en realidad y no solo como nosotros esperamos que sean. Jen, mi madre, estaría tan decepcionada de ver en el hombre que se está convirtiendo Shane. Ella le adoraba y yo estaba encantada, porque a mi madre pocas personas en este mundo le agradaban. Supongo que a Shane lo está cambiando este nuevo mundo apocalíptico, y que quiere vivir al máximo antes de que la muerte toque su puerta, pero tampoco esperaba que me arrollase en el camino, como si no hubiera sido su mejor amiga, su compañera, su mujer. Y conforme pasaban los años parte de la ingenuidad no abandonaba mi ser, quería aferrarme a ello y así creer que en algún punto remoto podría perdonarle y seguir siendo un matrimonio que juró unos votos sagrados y que ahora ya no eran más que palabras vacías.

Pero mientras intentaba perdonar y sanar, sabía que yo también necesitaba adquirir esa maldad que mi madre decía que me faltaba. Por lo que acostarme con Rick era como un soplo de aire fresco, un signo de victoria, de poder... de hacerle saber a mi interior que esa diminuta ingenuidad debía prevalecer escondida por el momento y dejar que la parte tan oscura y mezquina que retenía salieran dando grandes pasos para arrasar con cualquiera hasta decir basta.

Así que disfrutar bajo el cuerpo del mejor amigo de mi marido, ya no era algo que considerara adulterio.

—¿Todo está bien?—su voz se me mezcla con mis pensamientos.

Rick me tiende una taza de café y yo se lo agradezco.

—¿Todo bien?—vuelve a preguntar.

Los dos estamos en una de las mesas que hay fuera de la propiedad de los Greene, ajenos al resto y sus responsabilidades. 

—Sí.

—Pareces algo ida.

—Saber que mi marido va a tener un bebé con otra mujer no me hace mucha gracia—comento.

Su mirada azulada no se aparta de la mía y procede a encogerse de hombros.

—Saber que mi mujer va a tener un bebé con el que era mi mejor amigo tampoco me hace gracia—suelta con un deje de sarcasmo.

—Idiota—le doy un golpe juguetón y éste carcajea—. Al menos sabes como me siento.

—Lo sé mejor que nadie, Addy.

Nuestras miradas no se apartan y el ambiente se siente distinto, como si hubiéramos entrado en nuestro propio círculo de complicidad y algo más que ahora no sé como interpretar. Un carraspeo me hace volver a tierra y me fijo que es Shane, y se sienta frente a nosotros.

—¿Podemos hablar un momento?

Shane le echa una mirada a Rick y éste tras meditarlo por unos segundos se pone de pie.

Traitor [TWD]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum