OCHO

667 83 2
                                    

Un tiempo atrás:

Rick no podía evitar sentir remormientos mientras veía dormir a Lori, y se preguntaba si había alguna forma de perdonarla e intentar críar juntos a ese bebé. Por mucha culpa que sintiera por haberla dejado de amar, el resentimiento también era el pan de cada día, el que le recordaba que se la había jugado con su mejor amigo y en el camino habían hecho daño a su amiga. Por mucho que Lori le dijese que las cosas podrían cambiar, que su matrimonio podía prosperar, su corazón le negaba flaquear y darle falsas esperanzas. No había forma de arreglar aquello, no cuando ya había comenzando a sentir algo por otra persona. Nuevamente sus ojos volvieron a recorrer el amplio salón de aquella vieja casa, y se detuvo en Addison, quién también dormía sobre otro colchón envuelta en una sabana. Se preguntó en qué momento se permitió sentir algo más que atracción física por ella, pero tampoco lo veía como un error, más bien era un respiro para su alma poder sentir algo que no sea odio o rencor. Sabía que su amistad con Shane nunca sería la misma, ni su amor con Lori tampoco. Y por ello no veía la hora de poder besar a Addy sin tener que esconderse, de agarrarse de la mano como hacían Glenn y Maggie cuando iban por la carretera o siquiera bromear como una vieja pareja de casados como lo hacía ella con Daryl. Quiso reírse en medio de la noche, pensando en como esos dos bromeaban en el momento menos esperado, siendo el cazador algo reservado y la otra una bocazas que le gustaba chinchar, sin duda Daryl y Addy hacían los días mas amenos entre tanto pavor constante.

—Hola, lorito—saludó al verla despertar.

—Me estoy meando—susurró Addy, somnolienta.

Rick se guió en media oscuridad por la luz de la luna y se puso de pie, para después seguir a Addy por los pasillos de esa casa. La agarró por el brazo y la guió hasta el baño de la planta baja, dejó que entrara con la iluminación de una vela y esperó fuera. No pasó mucho tiempo y Addy salió, sonriendole.

—Como sabes que me acojona ir al baño sola—afirmó.

—Estas casas antiguas se parecen a las de película de terror—comentó en voz baja.

—¿Verdad?—asintió ella repetidas veces—. Ven, vamos a aprovechar que todos duermen.

Addy le agarró por la mano y juntos fueron hacia la cocina, saliendo al patio trasero. El aire en pleno invierno era cosa seria, pero a ellos no les importaba mucho si podían compartir un abrazo y unos cuantos besos.

—Es agradable estar así—suspiró Addy contra el pecho de Rick.

—Lo es.

Rick acarició la espalda de la castaña, sintiendo el relieve del jersey de la lana.

—Estás temblando—dijo el mayor con una sonrisa cómplice. 

—Un ratito más—pidió, suspirando ante la sensación de calma—. No puedo tenerte así de cerca todos los días, déjame abrazarte un poco más.

—¿Echamos un polvo?

Addy soltó una risita.

—Me muero de ganas—chilló y se soltó del tan agradable abrazo.

—Aprovechemos que nadie nos ve, ven, lorito.

Rick la guió por los alrededores de la casa y se detuvo frente a un viejo cobertizo.

Traitor [TWD]Where stories live. Discover now