I Can't -RDG-

Capítulo 18 - Venganza

Narra Nathan:

No podría explicar con palabras lo que estoy sintiendo en este momento. Es una mezcla entre rabia, indignación y angustia; Rabia por lo que ese hijo de la gran puta acaba de hacer, indignación porque se atrevió a venir, y dar una cara que en realidad es falsa, y angustia por Kathya, no sé cómo esto le puede afectar emocionalmente.

Iba bajando los escalones de dos en dos, apresurando mi paso mientras escuchaba algunos gritos a mis espaldas que no entendía, solo oía esa voz en mi cabeza que uno no debería seguir, pero esta vez sí lo hice; "Te la quita, hace que te imagines que ya no podrás tenerla y luego solo la usa y la desecha, ¿vas a permitir eso?".

Ya estaba fuera del departamento, lograba ver como su cabello rubio se alejaba entre la multitud, gracias a Dios ese desgraciado era más alto que el 90% de las personas, así que no se me perdería de vista. Lo seguía a una distancia prudente, tratando de averiguar a donde se dirigía, porque claramente a su casa no era.

Llegó a un edificio pequeño el cual no tenía portería, él avanzó hacia uno de los departamentos del edificio – seguido por mí, claro está- Un chico de lentes y bastante más bajo que él le abrió, a ese lo había visto en la fiesta. Aproveché que el chico había dejado la puerta entre abierta mientras conversaban para, con ayuda de mi mano, abrirla y pasar.

-Pero que cojones... -Dijo el pelinegro de baja estatura.

No lo dudé un solo segundo. Tomé a Rubén – El cual me estaba dando la espalda en este momento- del hombro, así al momento de girarlo, obligándolo a estrellar su pómulo contra mis nudillos, este perdería el equilibro así apoyándose de una pared cercana. Posaría su vista en mí, tenía los ojos rojos.

- ¡¿Me puedes explicar, qué carajos es lo que pretendes?! -El chico solo me veía, aun asimilando la situación. -Entras a su vida, le das un vuelco de 180 grados a su mundo, le haces creer que serás alguien diferente con ella, ¡¿Y tú solo la desechas así?!.

-Yo nunca le dije que se ilusionara. -Ese comentario fue el responsable del siguiente puñetazo, el cuál en este momento fue directo a su nariz. Podía ver como caían gotas rojas de esta.

- ¡Eres un maldito imbécil!, sabes por lo que ha pasado, el dolor y el sufrimiento que ha tenido que tolerar ¿y a ti no te importa en lo más mínimo ser una decepción más? -Caían ciertas lagrimas por sus mejillas, pero seguía con esa expresión fría que tiene desde que llegué a este lugar.

-Nunca pretendí ser una decepción más, sinceramente ella nunca significó mucho. -Dijo mirando el suelo, y creo que esa fue la gota que derramó el vaso, puesto que de ese momento en adelante no permití que dijese una palabra más.

Me abalancé sobre él y comencé a golpearlo con todas mis fuerzas, iba directamente a golpearlo en el rostro. Veía como mis nudillos se iban manchando con su sangre mientras que este no hacía absolutamente nada por defenderse, actuaba como si estuviese resignado a ello, y eso me hacía molestar aún más. El pelinegro me tomó por los brazos y me separó bruscamente de su amigo, así interponiéndose entre nosotros.

-Espera, por favor, deja que yo te explique. -Dijo el chico de acento andaluz mientras colocaba sus manos hacia adelante, dispuesto a empujarme si me acercaba. -Este pedazo de imbécil no está diciéndote la verdad, no hay persona que en este momento le importe más que Kathya, pero tiene miedo, ya mucha gente se ha querido acercar a él por beneficio propio y al pasar lo sucedido en la fiesta entró en pánico, porque se está aferrando a ella.

-Sé que merezco esto, pero comprende...- Dijo el ahora apaleado rubio.

- ¿Qué comprenda? – Dije en un tono indignado, debe estar bromeando. – Si no logras ver la clase de persona que es Kathya, mejor ni siquiera te acerques a ella de nuevo, poco hombre, cobarde.