I Can't -RDG-

Capitulo 12- Por tí doy hasta la vida.

Narra Kathya

Me acerqué a ella rápidamente, así dándole un abrazo, al hacer esto ella rompió en llanto, un llanto lamentero y lleno de dolor. En esta misma posición fuimos caminando hasta el sofá de la sala, en el cual nos sentamos, nos separamos y llevé mis manos a sus mejillas, así limpiando las lágrimas con mis pulgares.

- ¿Qué pasó Rachel? – Le pregunté, pero esta no me respondió, solo sollozaba fuertemente y no me miraba. La volvía abrazar, así pasando varios minutos mientras ella se tranquilizaba lentamente.

-No funcionó, yo quería que esta relación funcionara, pero no, la cagué, cagué todo...-dijo Rachel entre suaves sollozos, así dándome a entender todo. Rachel estaba en una relación con un novio bastante tóxico, novio que la cela, le prohíbe cosas, es machista y siempre la hace sentir mal, suele hacerle sentir que los problemas en su relación son culpa de ella, que ella es la culpable de todo y que ella es la tóxica, cuando no es así.

-Carlos no te merece, es un imbécil. -Dije llena de rabia y dolor, Rachel es una gran persona con algunos problemas de conducta que ella trata de cambiar, siempre la terminan lastimando.

-Todo es mi culpa, si siempre me lastiman debe ser por mi culpa, si el me terminó fue porque yo dañé la relación. -Dijo empezando a llorar mas fuerte, así yo atrayéndola con ayuda de mis manos, así dejando que esta llorara en mi hombro.

-Claro que no es tu culpa, tu tienes tu vida y debes poder hacer lo que quieras con ella sin importar si tienes pareja o no, ¿Por qué te terminó? -Pregunté mientras acariciaba su espalda.

-Un chico me comentó en una foto en Instagram que era muy linda, y le respondí que gracias...Yo no debería hacer esas cosas estando en una relación. -Dijo mientras lloraba, sentí como mi sangre ardía, no me iba a quedar con esta. Separé a Rachel de mi y le di un cojín de el sofá para que lo abrazara, tomé mis llaves, dinero y algunos anillos de puntas que guardaba de cuando estaba en el liceo, nunca dije que no me defendiera, y aunque no me importa mucho que me lastimen a mí, si lastiman a quien quiero soy capaz de lo que sea.

Salí del departamento en dirección a casa de Carlos, sabía donde vivía porque no fue precisamente una relación corta, Rachel lleva con él unos 2 años, 2 años que se ha encargado de romper pieza por pieza a mi amiga, 2 años que le he guardado rencor, y 2 años que ahora están acumulados en mi mente, haciéndome sentir una mezcla de impotencia y rabia que sólo había sentido unas pocas veces cuando vivía con mis tíos.

En el trayecto iba colocándome cada uno de los anillos, cada uno en cada dedo, podré ser pequeña, pero tengo fuerza, y Carlos no es exactamente un hombre muy alto, cuando mucho debe medir unos 1.70 metros y es bastante delgado. Iba a paso apresurado lo que me ayudaba a sentirme un poco más tranquila, sentía como unas pocas lagrimas eran arrastradas hacia atrás por el viento, me duele cada vez que lastiman a alguien que quiero, más si se trata de Rachel porque ella ha estado siempre para mí. En unos minutos llegué a el departamento de Carlos, así tocando la puerta fuertemente.

-Espero que no vengas a pedirme perdón, pedacito de Puta. -Escuché decir por parte de Carlos entre risas atrás de la puerta, esto me hizo molestar aún más.

Carlos abrió lo puerta y me vio, para él fue como ve un fantasma, ya que se puso pálido. Yo me puse levemente en puntillas y le di un puñetazo bastante fuerte en la mejilla, Este se tambaleó por el golpe y cayó sentado en el suelo, volteó a verme y tenía un corte en el pómulo izquierdo, resultado de usar los anillos. Me acerqué a él, me posicioné sobre él, sosteniendo sus manos con mis rodillas y le di unos 3 puñetazos más en el rostro, así dejándole varios hematomas y cortadas en este. Me levanté apoyando bastante presión en sus rodillas, aproveché mi posición para pisar su abdomen fuertemente, en ese momento me di cuenta de que aún estaba en pijama, ya que lo pisé con mi pantufla, la cual por suerte era una bota. Este quedó en el suelo abrazando su abdomen, yo me agaché, acercándome a su rostro.