Mi nombre es Kathya Sovnikova, Tengo 25 años, Soy venezolana con descendencia rusa actualmente residente en Madrid, España, lo sé, es todo un enredo. Vivo con mi mejor amiga Rachel, es la única persona en la que confío al 100%. Mi vida es un asco, m...
-E-eh...-Dije algo incomoda, no es un tema fácil de tratar.
-L-lo siento...- Dijo Rubén con un tono carmesí en sus mejillas, bajando la mirada.
-No te preocupes, lo que pasó fue...
-Flashback-
Estaba en un rincón de mi cuarto, cubierta solo con mis sabanas, sentía como las lagrimas corrían por mis mejillas sin control alguno y tenía un dolo insoportable en el vientre y en mi zona pélvica, toda la habitación estaba llena de sangre y semen, di un pequeño salto al escuchar la puerta azotarse, anunciando que mi tío había salido, en ese momento mi voz por fin salió, así soltando el sollozo más agudo y lamentero que he soltado en mi vida, sentía como mi pecho se apretaba dejándome sin aire, así sin poder parar de llorar. No sé que clase de karma estaré pagando para que me pasen estas cosas, ¿por qué mis padres me abandonaron?, ¿Por qué la gente en la calle dejó morir a Tommy como si fuera un animal?, ¿Qué hice yo para merecer que mi tío me violara? Me puse a pensar en todo esto mientras no hacía más que llorar, hasta que me dormí en el suelo.
-07:00 a.m.-
Me desperté inconscientemente, hoy tenía clases y a pesar de todo debía ir, y en realidad era mejor que quedarme aquí y descuidar mis estudios. Me levanté con dificultad ya que me dolía todo el cuerpo, me dirigí al baño y llené la bañera de agua caliente, entré en ella y lo único que hacía era ver mi cuerpo desnudo lleno de moretones, y la cortada en la parte baja de mi abdomen que ahora estaba soltando un poco de sangre ya que aun no cicatrizaba. Luego de unos minutos me percaté de la presencia de una cuchilla de afeitar en el borde de la bañera, la coloqué en mi muñeca y en un suspiro la deslicé de lado a lado. Mi cobardía no me dejaba enterrarla mucho, pero se sentía bien hacerlo, sentía que todo ese dolor emocional pasaba a el dolor físico que me provocaba cada cortada, y era definitivamente más soportable, tas cada cortada me sentía en cierta forma mejor, así que lo hice una y otra y otra vez.
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La bañera tomó un color marrón rojizo así que la vacié, me terminé de duchar colocando jabón en las cortadas para que cicatrizaran un poco, salí, me vestí con la ropa mas holgada que encontré, recogí mi cabello y salí de mi habitación.
Al salir la puerta del otro lado se abrió, mostrando así a mi tía y a un señor que nunca había visto en mi vida, este le pagó a mi tía y le susurró algo al oído, ella sólo me miraba seriamente mientras que yo salía de la casa, no sin antes escuchar una voz ronca decir "Adiós preciosa", y ya sabrán quien fue.
Pasé todo el camino mirando el suelo hasta llegar a el liceo, evitando que cualquier extraño rozara cualquier parte de mí, ya que todo me dolía. Al entrar busqué a mi "mejor amiga", Valery, para contarle todo lo sucedido, nos encerramos en el baño y yo le trataba de decir entre llantos.
-M-mi tío...M-mi tío m-me...-Dije entre sollozos.
- ¿Te qué Kathya?, no tengo todo el día y no entiendo nada de lo que dices, odio cuando andas de llorona. – Respondió con su irritante voz nasal.
