Problemas

232 45 3
                                    

Salí a recibirlo, tenía curiosidad de lo que tenía que decirme.

Dylan se mantuvo a una distancia prudente, pues ya no sé qué esperar de Dereck y de sus padres.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo te atreviste a venir?

—Laia, escúchame, sé que estás pasando una situación difícil, que ahora mismo probablemente no quieras tenerme cerca o verme y bien, intentaré respetar esa decisión, pero será luego de que te diga la verdad.

—¿Qué verdad? ¿Que tus padres fueron quienes mataron al mío?

—No, ellos no lo hicieron. Te lo juro.

—¡¿Y se supone que deba creerle al hijo de dos personas que actuaron con tanta normalidad, luego de ver los trozos del cuerpo de mi padre por toda la carretera?!

—¿Crees que hubiera venido, arriesgándome en este momento con tal de explicarte?

—Tal vez te enviaron para lavarme el cerebro y seguir engañándome.

—Laia, tienes que creerme. Los conozco, son mis padres, si ellos dicen que no lo hicieron, es porque no lo hicieron.

—¿Y por qué no vinieron ellos personalmente y te enviaron a ti? Saben bien que no les conviene aparecer por aquí.

—He venido, pasando por encima de sus advertencias, con tal de hablar contigo, de explicarte. ¿No es eso suficiente prueba de que te estoy diciendo la verdad? ¿Qué gano mintiendo? Dime. ¿Alguna vez te he mentido?

—Eso quisiera saber. ¿Qué ganas? Necesitaba que me demostraras eso delante de ellos, no ahora que has venido solo. Esperaba también que viéndome en esas lamentables circunstancias, donde te necesitaba de verdad, hubieras actuado como lo has hecho otras veces, como ese hombre que dice preocuparse por mí y que está dispuesto a todo por mí, pero solo demostraste que tus padres pueden manipularte y manejarte a su antojo, y que no te importo lo suficiente como para ir por encima de ellos, de la misma manera que estaba dispuesta a irme por encima de los míos por defender lo nuestro. ¿Qué me asegura que tu visita en este momento no sea una trampa también de ellos? Será mejor que regreses con tus padres y desaparezcas de mi vista.

—Laia, por favor…

Dylan intervino, cruzándose entre los dos.

—Ya escuchó a la señorita. Regrese a su casa, joven. No busque lo que no se le ha perdido por aquí y valore que le estamos dejando salir en una pieza de aquí.

—¿Así de mucho decías amarme, Laia?

Sus palabras fueron como un puñal en el centro del pecho, pero la decepción y el resentimiento era más fuerte que yo.

—Lo mismo digo— le di la espalda para entrar de nuevo a la casa.

Me derrumbé detrás de la puerta, ahogando mi llanto en la mano con tal de que nadie más me escuchara.

Dereck

«¿Por qué tuvo que pasar esto justamente cuando nuestra relación iba tan bien y estábamos a punto de convivir?».

«¿Será que mantener la distancia ahora es la única manera de que lo nuestro no se acabe para siempre?».

«Tengo miedo; miedo de que esto sea definitivo».

«Me rehúso a que eso suceda. Me rehúso a renunciar a ella».

—Lamento lo que está pasando, joven— dijo Catalina, viéndome por el retrovisor.

—No tienes que lamentarlo. No pienso renunciar a ella por nada ni por nadie.

—Si está muy seguro de lo que dice, entonces es momento de que tomemos una decisión por el bien suyo, de su relación, de su futuro, de sus padres y por supuesto, el mío. No me gusta guardar secretos, mucho menos mentirle a su mamá. Estoy arriesgando mi pellejo en este momento por lo que pasó.

—No entiendo. Si lo dices por lo que ocurrió, eso no debió pasar y lo sabes. Ninguno de nosotros recuerda con exactitud lo que pasó esa noche y lo mejor es hacer de cuenta que eso nunca ocurrió.

—Aunque tengo presente eso y acordamos no hablar sobre esto, me he tenido que ver en la obligación de hacerlo. Estoy embarazada, joven.

—¡¿Qué?! —mis ojos casi se salen de órbita.

—Pero no se alarme. Ya he tomado una decisión y sé que me apoyará, pues a ninguno de nosotros nos conviene que esto salga a la luz.

—¡¿Cómo es posible?!

—Yo quería creer que no habíamos llegado tan lejos, que esa noche solo tomamos demasiado y si amanecimos en esa cama desnudos fue por lo alcoholizados que estábamos.

—¿No has estado con nadie más? ¿Qué me asegura que ese bebé sea mío y no sea de alguien más y estés buscando achacarmelo a mí?

—¿Cree que me atrevería a hacer tal cosa? Me siento ofendida con que piense eso de mí, luego de haberle entregado lo único puro que me quedaba. Soy yo quien sale más perjudicada si esto llega a los oídos de sus padres. Yo no quiero que su madre piense que he traicionado su confianza y que fui capaz de llevarme a su hijo a la cama. Yo jamás quise esto y lo sabes. 

—Y bien dicen que los problemas vienen uno detrás del otro...

—Le aseguro que de mi boca no saldrá una sola palabra de esto. Mañana mismo iré a la clínica y me haré cargo— apretó el volante, mientras centraba su vista en el camino.

Pude ver a través del retrovisor sus ojos brillosos.

—Es lo mejor que haces.

Dulce Veneno 2 [✓]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz