Cruel summer - Eddie Munson +18

Última vez +18

Los labios de Eddie no se separaban de los míos.

Y mi ropa ya estaba por todo el suelo, al igual que la suya.

Caminábamos por la habitación, dando pasos torpes, sin dejar de besarnos y tocarnos.

Eddie chocó con algo y se quedó sentado ahí, en un sillón.

Soltó una risa y fue a levantarse de nuevo.

Pero le empujé y le dejé sentado.

Él levantó una ceja y sonrió de forma pícara.

Me arrodillé ante él y bajé sus calzoncillos, dejando libre a su gran amigo.

Se me hizo la boca agua de solo al verlo y lo que no era la boca también.

Lo cogí con mis manos y me lo metí en la boca.

Eddie soltó un fuerte gemido y cogió mi cabeza con sus manos, enredando sus dedos en mi pelo.

Yo succioné y chupé, moviendo mis manos al ritmo de mi boca.

Los sonidos que salían de la boca de Eddie me animaban a seguir.

No me importaba nada en esos momentos.

Nada.

Solo él.

- Si sigues haciendo eso, voy a correrme demasiado pronto, cariño. -murmuró Eddie.

Hice que su miembro tocase el fondo de mi garganta, causando un gruñido de parte de Eddie y lo saqué de mi boca después.

Me levanté y él se quedó mirándome, con la boca entreabierta.

Yo quité mis sujetadores y los dejé caer al suelo, hice lo mismo con mi ropa interior.

Eddie se mordió el labio con fuerza y yo sonreí.

- Me vuelves loco. -dijo sin dejar de mirarme.

Me acerqué a él y me senté a horcajadas sobre su miembro.

Rozó contra mi humedad y fui yo la que gimió esta vez.

- Móntame cariño. -dijo enredando sus manos en mis caderas, clavando sus dedos en mi piel.

Cogí su miembro y lo coloqué en mi entrada.

Y de una sola vez bajé por completo, haciendo que entrase por completo en mi.

Y empecé a dar saltitos encima de él, arriba y abajo, aferrándome a sus hombros con fuerza.

Los gemidos de Eddie se entremezclaban con los míos.

Solo estábamos nosotros dos.

Nadie más.

Solo me importaba él.

Mi cuerpo contra el suyo era uno solo.

Eddie lamió mis pechos a su antojo, jugando con mis pezones.

Y yo grité de puro placer.

Apreté mis paredes alrededor de su miembro y me corrí con fuerza.

Y justo después de hacerlo, antes de que Eddie pudiese correrse dentro de mi sin condón, me bajé de su regazo y volví a arrodillarme, metiéndolo de nuevo en mi boca.

Eddie gimió de nuevo.

Y no tardó en llenarme la garganta.

Respiraba con fuerza cuando yo me levanté del suelo y me vestí.

Él hizo lo mismo.

Me cogió de la mano y salimos de la cabaña, metiéndonos en el coche, los dos aun respirando rápido.

- Prométeme que no entrarás en el portal. -dijo de repente, mirándome justo antes de arrancar.

- No puedo. -dije yo.

- Dustin y los chicos se quedan en este lado, prométeme que tu harás lo mismo, te quedarás con ellos. -pidió de nuevo.

- Lo prometo. -murmuré algo insegura de eso.

Eddie sonrió y arrancó directo a casa de nuevo.

Esta vez, durante todo el trayecto, su mano descansó en mi muslo.

Cuando llegamos a casa, todos estaban listos.

- Hay que ponerse en marcha. -dijo mi hermano.

Nos dividimos en los coches y fuimos directos al portal del bosque, al que nadie nos vería entrar.

Al llegar, nadie decía nada, mirábamos la gran grieta.

- Tenéis los walkies, cualquier problema, salid de ahí. -dijo Dustin.

Lucas, Mike, y Will se quedaban ahí fuera. 

Los demás entraban en el portal.

- Volveré pronto, Sarah, Henderson, cuida de ella. -dijo Steve, y fue el primero en meterse en el portal.

Nancy y Robin lo siguieron.

Billy me miró con una sonrisa y entró.

Eddie se giró hacia mi y asintió con la cabeza, después entró.

Yo me quedé mirando el portal.

No podía hacer eso.

No podía simplemente quedarme ahí cuando Vecna me quería a mi.

Y entonces el sueño vino a mi mente.

Me acordé de como morían.

De como Vecna los mataba uno a uno.

Y no pude más.

Salí corriendo directa al portal.

- ¡Sarah! -gritaron los chicos, corriendo detrás de mi.

Pero yo ya estaba llegando al portal.

Y ni siquiera lo pensé.

Me tiré por la grieta y caí en un lugar frío y oscuro, igual al de mi visión.

Me levanté del suelo y miré a todos mis amigos, todos me miraban sin entender nada.

Pero yo no iba a dejarlos solos, me negaba a que muriesen ahí, y si realmente Vecna me quería a mi, yo iba a ser la que se encargase de él.

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MARATÓN 2/3

PREPAAAARAOOOS AYYY

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