Una nota y una llave

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No me digné a salir de mi habitación en las siguientes dos semanas.

Tanto Robin, como Billy, Nancy, mi hermano y los chicos, venían a verme cada tanto para ver como estaba y si quería comer algo.

Terminaba echándolos de mi habitación de mala gana.

No quería estar así.

No quería vivir si Eddie tampoco lo hacía.

Hoy era su funeral.

O eso había dicho Steve.

No lo escuché cuando vino a hablarme.

Estaban todos abajo, esperando a ver si yo me dignaba a bajar o no.

El funeral de Eddie.

Y Vecna seguía vivo.

Todo esto era demasiado surrealista para mi.

Después de muchas vueltas en la cama, por fin me levanté, me duché y me vestí.

Bajé las escaleras una media hora después y todos se quedaron en silencio al verme.

¿Por qué parecía que nada de eso les había afectado?

- ¿Os vais a quedar mirándome todo el día o nos podemos ir ya? -pregunté de mala gana.

- Sarah, llevas días sin salir. -murmuró Dustin con los ojos muy abiertos.

- Solo voy a encargarme de que ningún imbécil se presente en el funeral, luego volveré a mi habitación. -casi enseñé los dientes.

Caminé hasta la salida y todos se metieron en los coches.

Yo me puse de copiloto con Steve.

Pero mientras todos hablaban de forma tranquila, yo solo miraba por la ventana.

El día estaba completamente nublado y estaba segura de que iba a llover.

El dolor me había inundado de tal manera, que no era capaz de sentir nada en esos momentos.

Nada.

Llegamos al cementerio y como era de esperar, no había nadie.

Su tío, estaba solo ante una tumba.

Algo se removió en mi interior.

En esa tumba no estaba el cuerpo de Eddie.

Estaba vacía.

Vacía como lo estaba yo.

Fui la primera en bajar y acercarme.

Él abrió mucho los ojos cuando nos vio aparecer.

No nos conocía a ninguno.

- Señor Munson, éramos amigos de Eddie, lo sentimos mucho. -dijo Steve llegando a mi lado.

El hombre me miraba a mi, con atención.

Estuvimos en silencio un buen rato, mirando a la tumba.

Y entonces se puso a llover.

Había un pequeño espacio donde de podían refugiar de la lluvia y todos corrieron hacia ahí de inmediato.

Yo no siquiera me moví.

Seguí mirando la lápida.

Un ruido de un coche aparcando y luego las puertas cerrándose llamó mi atención.

La lluvía caía con fuerza y las risas de esas personas inundaron el silencio.

Supe de inmediato quienes eran.

Cruel summer - Eddie Munson +18Where stories live. Discover now