Regla

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En la vida hay momentos que inconscientemente marcan un antes y un después.

En el caso de los Forger: la Operación Strix y lo que se desencadenó de allí.

Con Damian: el O-Day y la serie de situaciones que lo llevaron a tener otro estilo de vida -y otro punto de vista sobre esta-.

Sin embargo, no todos los momentos se producen por factores externos.

Algunos de ellos son más cuestiones físicas que se producen al avanzar el tiempo.

Y eso es lo que pasaran a experimentar los dos menores del departamento, unos meses después de la visita de Melinda.

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Anya POV

Agh... ¿por qué incluso los sábados tengo que levantarme temprano?

No se vale Segundo: convencer a Pa y a Ma de estudiar temprano este día para mejorar mis notas en Eden.

Tengo que enseñarle lo que es diversión, y no solo aburrirse con letras y números.

Me voy lentamente despertando, aun con mucho letargo, cuando... oh, oh.

En mi cama siento algo húmedo.

Eso es muy extraño... ¿no me digan que me volví a hacer pipí en la cama?

A mis... 11, 12... no lo sé, lo único claro es que finjo tener 13... eso lo hace peor aún.

Hacia muuuucho que no hacia pipí en la cama, desde la segunda familia que me habia adoptado.

Y ni siquiera eso fue suficiente para ellos, aun así, me devolvieron.

Pero eso no importa, lo que quiero ver es si tengo que inventar algo por esto.

Pero al pararme de la cama, veo que el color del líquido en las sábanas blancas no es amarillo...

...sino rojo.

¡¿Sangre?!

¿Acaso alguien me hizo daño?

¿Cuándo, cómo?

Hubiera podido leerle la mente a quien se acercara a hacer algo malo incluso dormida, cuando la gente tiene pensamientos muy malos me pueden incluso despertar.

Reviso mi cabeza, mis brazos, mis pies, pero no hay nada.

Entonces, que fue lo que...

Oh no.

Recuerdo un poco aquellas clases en Eden donde hablaban del cuerpo humano y lo que les pasa a niñas y niños.

Y digo un poco ya que, si bien no le prestaba mucha atención, no recuerdo mucho más, ya que esa fue una de las veces que la maestra Fiona y Becky entraron en modo rompehogares, así que no tuve más que dar un regaño de los aprobados indirectamente por el director Elegante.

Ahora se bien de que se hablaba allí.

Me llegó la hora.

No se qué pensar.

Miro esa pequeña pero peligrosa mancha roja en la cama y mi rostro empieza a hacer una de esas caras de susto por lo que estaba viendo.

Me vienen dos pensamientos a la mente.

Uno de ellos es ¡Sí, soy una señorita!

Y el otro: ¡Noooo, ya no podré exigir manís como una niña!

No digan nada, una tiene sus prioridades.

Pero entonces, ¿qué hago con esto?

Tranquila Anya, Ma nos habló sobre esto cuando te la dabas de curiosa entre sus cosas... eso antes de que en su mente relacionara la sangre de este tipo, con la de las personas malas que mataba... y todo debido a que, para ella, sangre era sangre.

Una familia de verdadWhere stories live. Discover now